Epílogo

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1 año después...

— Mi amor, el desayuno está listo. –anuncié dejando su plato de comida y el mío en la mesa.

Me había despertado muy temprano hoy y no pude volver a dormir, así que aproveché para preparar un gran desayuno.
Hice algunas papas salteadas, tortilla de huevo con verduras y de postre muffins de arándanos.

Había aprovechado este último año para aprender a cocinar y si que aprendí, amo cocinar y cocinar para Cheryl, verla probar mis mezclas e inventos es lo mejor.

— Gracias. –llegó de inmediato y se sentó en su lugar, yo la acompañé justo después.

— ¿Cómo están las bebés? –pregunté llevando el tenedor a mi boca.

— Van de maravilla, creo que florecerán pronto. –habló emocionada.

En el último año obviamente tuvimos que buscar la manera de sobrevivir y hacer dinero. Nos dedicamos a vender flores y plantas, tenemos un huerto en nuestro jardín, pero es solo exclusivamente para nosotras.

— Que bien, terminamos de desayunar y nos preparamos. –dije.

Cheryl era la que se encargaba de cuidar a las plantas, ya que yo no soy buena en eso y mejor me dedico a la cocina, cosa que a Cheryl no se le da muy bien.

Amábamos las flores. Nuestra casa estaba llena de ellas.

Antes de irnos salí fuera con un pequeño ramo de margaritas y lo coloqué en el pequeño altar que habíamos hecho para Kevin, miré con nostalgia y finalmente me paré y volví con Cheryl.

— ¿Estás bien? –preguntó Cheryl una vez que llegué a su lado, puso su mano en mi espalda baja y me dio un beso en los labios.

— Si, será mejor que nos vayamos.

Posteriormente nos fuimos de ahí y pronto llegamos al mercado, nos instalamos y en el transcurso del día Cheryl y yo no nos dirigimos la palabra por lo ocupadas que estábamos.
Había gente adinerada (o tal vez sus sirvientes) comprando flores para sus cenas.

Fue un día agotador y finalmente había terminado.

Llegamos a casa y estaba anocheciendo, hice la cena a pesar de estar agotada y la devoramos de inmediato.
Cheryl se ofreció a levantar los platos y finalmente nos fuimos a la cama, salí del baño y Cheryl estaba tumbada en la cama mirándome con una sonrisa en cuanto me vió.

Me recosté entre sus piernas y exhalé cansada.

— ¿Estás cansada, mi amor?

— Muy.

— Relájate. –comenzó a masajear mis hombros y cerré los ojos.

Mis hombros se sentían tensos pero las manos de Cheryl eran mágicas y me hacían maravillas, de verdad estaba consiguiendo relajarme.
Su dulce olor me inundaba las fosas nasales al estar recargada en ella.
Un pequeño gemido salió de mis labios y al instante me arrepentí y me tapé la boca.

Fue como si hubieran encendido algo dentro de Cheryl porque inmediatamente llevó sus manos a mis senos.

— ¡Cheryl! –la reprendí.

— Solo quiero que te relajes, amor. –movió sus manos de nuevo a mis pechos, sus manos se sentían calientes a pesar de que yo llevaba ropa.
Comencé a sentir una humedad en mi zona y supe que había caído.

Sus manos comenzaron a desnudarme con destreza y su lengua se metía en mi boca, aún en la misma posición.
Al fin se deshizo de toda mi ropa y bruscamente logró voltearme y sentarme en su regazo.

Get away with me (Choni)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora