하나

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Mi padre lleva catorce años en el trono desde que el anterior rey murió y tuvo que pelear por su sobrevivencia contra sus hermanos; desde el asiento real desde donde gobierna, su sombra se alarga como un río de sangre, traición, conspiraciones, tortura, soledad, dolor y muerte; en ocasiones, al verle el rostro sin que lo note, sus ojos fallan al esconder el negro vacío sin fin.

O eso pasaba hasta que ese eunuco llegó, ingresó como un asistente más de una de las concubinas reales, mi padre lo vio en una de sus visitas y poco después le dio sus propios aposentos, es gracioso que en los registros de personal figure como desaparecido cuando ahora es el miembro favorito del harem del rey ostentando un título real.

Todas las mañanas, cuando voy a saludar a mi padre real, no es la reina la que se sienta a su lado, es ese pequeño eunuco al que tengo que dirigirme con respeto.

Un príncipe de la dinastía arrodillándose frente a un simple eunuco es simplemente deshonroso, mi padre real parece haber perdido la cabeza al hacer que todos sus hijos e hijas tengan que soportar semejante agravio cada mañana. La verdadera reina se mantiene en sus aposentos sin oponerse después de haber intentado un par de trucos contra Ji Min perdiendo todo el aprecio del rey aunque ella le haya dado al príncipe heredero.

Mi hermano mayor es perfecto según los tutores reales, es un genio que memorizó con facilidad los libros confucianos, sabe leer el alfabeto chino y el alfabeto plebeyo y domina casi todo lo que un futuro monarca debe saber. El problema radica en sus pobres habilidades en el campo marcial, los generales sólo voltean el rostro cada vez que falla en su entrenamiento. Pienso que le falta instinto.

Yo soy todo lo contrario, sobresalgo entre los príncipes en las actividades del campo marcial y la caza.

Por ello es que me designaron un tutor real privado mientras que el príncipe heredero Jung Choi tendrá que pasar más tiempo montando a caballo y rodeado de soldados. Si hubiera una guerra, el monarca quizá lo mandaría a poner en práctica las tácticas de guerra del libro que memorizó.

─El ministro Kim recomendó a su sobrino ─comenta mi padre mirando a su amante, Ji Min sólo le sonríe. Dudo que sepa siquiera el grado del ministro Kim Seok Jin dentro de la corte.

─Espero que el sobrino del ministro Kim esté a la altura de nuestro Quinto Príncipe ─dice tomando del brazo al rey, como si le preocupara realmente.

Mi padre me dirige una mirada esperando que diga algo para aliviar el corazón de su concubina masculina, trato de ocultar la sonrisa sarcástica.

─Me retiraré ahora, Su Majestad, no debo hacer esperar a mi tutor.

Siento los ojos de todos en mí mientras camino hacia la puerta, supongo que sorprendidos por la poca oposición a sentarme toda la mañana a convivir con un erudito; un grupo de criados me sigue a una distancia considerable cuando Jung Choi corre hasta salvar la distancia.

─Antes del Año Nuevo cuando mejore mi manejo de artes marciales, tengamos una pelea, príncipe Jung Kook. ─Su gesto es solemne, parece verme como a un rival pero me parece patético.

No respondo, sólo sigo mi camino hacia el estudio. En este último año, parece que la familia de la reina me considera entre las posibles amenazas, no hace mucho envenenaron mi comida dos veces y contrataron a un asesino para infiltrarse entre los soldados de mi séquito. Tuve que tomar varias medidas para poder protegerme sin pedir ayuda de  mi familia materna.

El sol baña el jardín frente al estudio real, las partículas de polvo son visibles bajo su luz entre las ventanas, el viento levanta algunas hojas que un erudito menor estaba por trasladar cuando mi nuevo tutor arriba, su traje no es igual al de los demás; su mirada es suave y libre, como la de un espíritu lejano, su silueta grácil parece hecha por el viento y su rostro me recuerda las flores del peral que crecen en el patio abandonado del palacio.

ANHELO REAL - KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora