Cuando su respiración entrecortada baña mi rostro, mis manos reposan en sus caderas con un fuerte agarre, su tibio cuerpo ya está a horcadas sobre el mío; Tae Hyung alza su mirada llorosa y perdida, sus labios entreabiertos quieren decir algo que muere en un quejido. Yo sólo lo sigo hechizado, sin creer todavía que realmente lo tengo, que no es uno de los muchos sueños imposibles que me atormentaron.
Poco a poco me doy cuenta de la realidad de ensueño en la que habito desde la noche pasada, en la que Tae Hyung no es un erudito inalcanzable para mí, ahora sus expresiones son transparentes como las gotas de rocío bañadas por la madrugada frente a mis ojos y si tiendo mi solitaria sombra se encontrará con la suya.
─ ¿Sucede algo? ─pregunto subiendo hacia su cintura donde pellizco ligero. Sólo por si no es un interminable sueño.
─Su Alteza Real no puede poseerme, anoche se excedió, no puedo servirle en este momento ─se queja olvidando que él mismo dijo que lo tomara y ahora también sugirió algo parecido.
Sonrío al recordarlo entregándose a mí, rindiéndose dulcemente, lo amé de pies a cabeza poseyéndolo hasta que ambos quedamos exhaustos, no puedo evitar guiar mis manos cerca a esa provocativa hendidura sintiéndolo estremecer, mas no evitarme.
Eso me hace feliz, él me hace feliz.
─ ¿Cambiaste de idea y ahora te arrepientes por haber caído en mis manos? ─mi tono burlón baña su oído enrojeciéndolo.
─Sólo estoy recalcando lo evidente, por favor, Su Alteza Real, debe haber otra forma.
─ ¿Qué otra forma? ─dudo pensativo hasta recordar las ilustraciones que casualmente vi cuando todavía me encontraba en el palacio, en ese momento no pude evitar imaginarnos siendo íntimos aunque sabía que era imposible, también me frustré evocándolo mientras resolvía mis problemas matutinos cada maldito día. Me sentí pérfido al mancharlo con mis deseos cada vez que lo veía, ignoré su existencia tanto como pude hasta que esos deseos terminaron devorándonos─. Supongo que podemos intentarlo.
─ ¿Intentar qué? ─Me mira intrigado mientras le aflojo las prendas.
No pasa mucho antes que caigamos en su cama, las marcas esparcidas en su piel me recuerdan a los pétalos que despiden a la primavera, pero estos en su lugar, simulan más una bienvenida. Tae Hyung está tendido desnudo como un ser celeste, cálido y terso, tocarlo es perderse en sueños de opio. Lo baño con mucho más que mi sombra, la febril dicha primaveral me tiene embriagado al tocarlo hasta hacerlo totalmente mío.
─La impresión que tenía de Su Alteza Real era la de un niño solitario, valiente pero dulce, quizá algo inocente... ahora, sólo pienso que es una bestia con un corazón oscuro ─expresa fatigado.
─Seguiste al tigre hasta su cueva sabiendo que serías devorado ─digo sonriendo, no planeaba volver a poseerlo por completo, sino saborearlo como a las ciruelas confitadas pero ambos terminamos cayendo. Lo abrazo desde atrás besando su nuca, sosteniendo lo único que deseé en toda mi vida. Seguro que siente los latidos de mi corazón.
El país que quiero que reinemos equivale al tamaño de su cama.
─Debería ir a su tienda a leer la carta de Su Majestad si se siente mejor.
─ ¿No podemos asearnos y dormir compartiendo la cama? Quiero verte antes de cerrar los ojos, también quiero verte al despertar.
─ ¿No es suficiente con haberme hecho todo lo que quería? ─se queja volteándose para mirarme.
─No es suficiente, por supuesto que no es suficiente.
─Nadie debe enterarse que soy su amante, Su Alteza Real, por eso debemos ser cuidadosos, desde ahora seguiremos como maestro y estudiante durante el día. Cuando caiga la noche... le dejaré hacer lo que quiera.
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ANHELO REAL - KookTae
Fanfiction─Saludos, Su Alteza Real ─su voz estremece el aire, no paso por alto las miradas disimuladas de las criadas y las sonrisas que quieren ocultar y no entiendo el disgusto que me generan. No debería importarme. ─Retírense ─ordeno antes de invitarlo a o...