아홉

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Advertencia de lemon.

-electrahearth-


El crepúsculo avanza dando espacio a la noche, las linternas y las lámparas son encendidas en todo el campamento menos en mi tienda; sostengo a Tae Hyung en mi regazo, mis manos se cierran en su cintura reacias a soltarlo siquiera un segundo mientras mi boca deja una marca en la suya y viceversa, ambos seguimos a ciegas el impulso que generan nuestras pieles anhelando fundirse hasta que el eunuco Dong llama fuera.

─Su Alteza Real, vengo a encender las luces ─dice dando un par de pasos.

Mi tutor real trata de salir de la tina hasta que se da cuenta que sólo empeorará la situación, al cruzar miradas, lo devuelvo a mi regazo intentando no sonreír por su momento de torpeza.

─Es mejor que te quedes quieto o el eunuco Dong se enterará que no estoy solo ─susurro señalando el biombo que nos oculta.

─ ¿Su Alteza Real? ─llama el eunuco ingresando con cautela.

─Sólo necesitas encender las lámparas cercanas a mi cama ─ordeno con tono neutro.

─Como desee ─responde cumpliendo mi pedido a la perfección, se va a retirar cuando se detiene en seco─ ¿No estaba con usted el Tutor Real Kim?

Tae Hyung abre los ojos en pánico, mi dedo pulgar recorre su labio inferior sin sobresaltos adorando la textura de seda que tiene.

─Se retiró poco después que tú, ¿no lo viste?

─Comprendo, Su Alteza Real, mandaré a traer vino de flores ─responde sin cambiar su tono, como siempre, es un servidor digno del palacio real.

─No es necesario, sólo indica que no quiero ser interrumpido, me duele un poco la cabeza.

─ ¿Desea una píldora medicinal?

─Ya tomé una, me acostaré temprano.

─Descanse, Su Alteza Real ─habla al fin retirándose.

Durante la breve plática, no pude evitar jugar un poco con Tae Hyung viendo un lado desconocido de él, mis manos se colaron dentro de sus ropas encontrando la piel húmeda y suave tan dulce que mis palmas ardieron ansiosas por grabar cada recodo y curva, mi estricto tutor real sólo pudo bajar la mirada escondiendo sus pupilas en la penumbra, mordiendo su labio inferior para evitar que cualquier sonido traicionero lo delatara. Al encontrarnos solos otra vez, puedo notar su descontento, retiro mis manos con miedo a que este sea el fin de nuestro momento y estoy por decir algo cuando me calla con un beso corto, insuficiente para el deseo que ya no puedo contener, sostengo su cabeza y su cintura atacando sus belfos con ahínco, los muerdo con fuerza para ingresar mi lengua que busca enredarse con la suya sin darle oportunidad a alejarse hasta que se nos dificulta respirar.

Mis sueños fueron cautelosos, con todo y eso, Tae Hyung es el único que salió de mi control, al que no pude evitar, al que mis manos buscaron en medio de las noches infinitas, por eso tenerlo a mi alcance me hace parecer más y más impaciente.

─E-Espere, Su Alteza Real. ─Su tono generalmente plano y grave suena débil, casi lastimero mientras intenta regular su respiración, parece perdido en medio de la lucha de luz y sombra de la tienda─. Debió dejar que el eunuco Dong trajera el vino.

─ ¿Quieres que lo vuelva a llamar? ─respondo bajando peligrosamente mi toque hacia la parte baja de su espalda, lo siento temblar, suelta un jadeo cuando aprieto el par de mullidas colinas.

─No sabía que su corazón fuera obscuro, que estuviera tan... corrupto ─murmura aferrándose a mí como si perdiera el equilibrio en cualquier momento.

ANHELO REAL - KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora