405 63 27
                                    

La primera vez que intentaron envenenarme me costó mucho sobreponerme, bajo la sombra del miedo heredado de mi abuelo dejé de comer y enfermé, luché mientras me daban las decocciones recetadas por el médico real, con la poca fuerza que tenía corrí lejos ansiando salir del palacio, así descubrí el patio abandonado. Los sirvientes tardaron en encontrarme porque me oculté entre la descuidada vegetación hasta que cayó la noche. Recuerdo claramente los frutos maduros que recogí al tener hambre seguro de que no me dañarían porque yo mismo los había tomado, el sabor de las ciruelas amarillas explotó en mi paladar grabándose en mi memoria. Al regresar, el vómito sanguinolento de la sirvienta que probaba la comida había sido limpiado y el cadáver no estaba.

Es irónico que el veneno en la taza sea el mismo de aquella vez.

─Intentaste asesinar a un príncipe real ─afirma Tae Hyung mostrándole la evidencia─ ¿seguirás afirmando ignorancia?

─ ¡Juro que no sabía que había veneno!

─Seguirás haciéndolo, de todos modos no esperaba una confesión de tu parte.

─Prometieron darme dinero y ayudarme a liberar a mi hermano de las manos de los bandidos pero no me dijeron a quién pertenecía la tienda ni que la taza estaba envenenada, estoy diciendo la verdad. ─Su mirada llorosa contrasta con su expresión anterior, su peinado es un desastre, su rostro está aterrado y rojo pero no puedo sentir pena.

Taehyung deja la aguja en el recipiente de incienso, voltea haciendo que nuestras miradas se encuentren, avanza hacia mí y su rostro se torna cada vez más serio.

─La última decisión sobre la vida de esta muchacha recae en usted ¿salvar a un hermano que no sabemos si existe es suficiente para borrar su pecado? ¿Qué piensa, Su Alteza Real? ¿Sus acciones deben tener consecuencias o debemos ignorar lo que ocurrió esta noche?

En realidad hace tiempo que estoy cansado de hacerme el ciego frente a este tipo de juego sucio, el resultado de ignorar el comportamiento de mis enemigos es que me tomen por alguien lo suficientemente débil y fácil de quitar del camino, tanto que ni siquiera disimulan sus intenciones.

─Devolveré la amabilidad del clan Uh ─contesto jugando con la taza envenenada.

Atrapar al cómplice no es una tarea difícil, basta sólo tenderle una pequeña trampa, hacer que confiese casi es un juego de niños, mas, no es suficiente para cazar a los viejos tigres de la ciudad capital de forma que nunca vuelvan a levantarse, esto sólo es el inicio de la partida.

No pasa mucho para que mediante los hilos de los ministros Kim, una sutil advertencia llegue a la mesa de la reina. Según escribió el tío de Tae Hyung, al darse cuenta del veneno en su té y quién lo enviaba, gritó horrorizada y rompió todo en sus aposentos antes de querer ir hacia Su Majestad pero se detuvo al notar que tengo testigos y pruebas gracias a su descuido.

─Nos encargamos que la investigación no llegue a usted por ningún medio por el que la reina pueda acusarlo así que no tiene por qué preocuparse, Su Alteza Real ─señala Tae Hyung mientras caminamos por la periferia.

─Tu familia me da miedo, Tae Hyung, si tu tío quisiera, podría apoderarse del trono ─digo fingiendo tener escalofríos.

Mi tutor sólo me mira sin mucha reacción hasta que nos internamos en una zona repleta de descuidados callejones, las casas alrededor también muestran señales de deterioro y la poca gente con la que nos cruzamos, no parece gozar del glorioso reino que mi padre dirige. Aunque llevamos un tiempo considerable en la frontera la situación no deja de sorprenderme.

─Las leyes que Su Majestad aprueba en la Corte no se aplican de inmediato y depende de cada gobernador velar porque se cumplan, algunos hacen bien su trabajo pero otros sólo ven una oportunidad para enriquecerse. Cuanto más alejados estén de la ciudad capital, más difícil es hacerles seguimiento.

ANHELO REAL - KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora