8: Secretitos en reunión son de mala educación

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Llego a la casa de Liv cinco minutos después de haberla llamado tal y como le había dicho

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Llego a la casa de Liv cinco minutos después de haberla llamado tal y como le había dicho. No paro de mandarle mensajes y de llamarla avisándola de que ya estoy en la puerta y a ninguno me contesta, ¿se puede saber qué ha hecho hoy con el móvil la señorita que no le hace ni caso? Irritado me acerco a la entrada y llamo al timbre. Escucho voces y pasos en el interior. No consigo saber lo dicen, pero reconozco perfectamente las voces de Olivia y de mi hermano. Al cabo de un rato se hace el silencio y se abre la puerta de par en par.

─ Hola, pasa ─ me saluda Liv ─ termino de arreglarme y bajo.

Se va corriendo escaleras arriba y le sigo con la mirada hasta que desaparece de mi vista. No sé qué es lo que le falta, yo la veo perfecta tal y como está. Apuesto a que hasta recién levantada está guapísima. Pero bueno, no digo nada y tan solo me siento en el sillón enfrente de donde se encuentra mi hermano quien por cierto me está mirando fijamente y no con una expresión precisamente agradable.

─ ¿Qué pasa? Deja de mirarme ─ pregunto molesto.

─ ¿Qué pretendes Aaron?

─ No sé a qué te refieres.

¿Qué mosca le ha picado?

─ ¿Por qué sonríes? ─ vuelve a preguntar.

─ No estoy sonriendo.

─ Antes sí ─ se levanta y se acerca desafiante hacia mí.

─ Solo estaba siendo amable ¿Se puede saber que te pasa?

─ Deja de jugar con ella ─ advierte.

─ ¿O qué? ─ me levanto al igual que él y le miro desde arriba ya que soy un par de centímetros más alto que él, aunque tampoco mucho.

No dice nada tan solo vuelve a sentarse y yo hago lo mismo. Alex siempre ha sido muy protector con Liv. Siempre he sospechado que lleva enamorado de ella toda la vida, pero es demasiado cobarde como para admitirlo. Aunque bueno, a lo mejor solo son suposiciones mías, tampoco es que haya podido comprobarlo.

─ Tranquilo, hermanito, solo estoy ayudándola ─ añado para ver si así se relaja.

─ ¿Y eso por qué? Tú no ayudas a nadie.

─ Porque tenemos un trato que me conviene.

─ ¿Qué trato?

─ No puedo decírtelo, es algo entre ella y yo ─ vuelvo a sonreír y eso le pone de los nervios.

Parece que va a decir algo más, pero por suerte para mí, Liv aparece interrumpiéndole. Alex me sigue mirando desafiante, pero le ignoro y me giro hacia ella.

─ Me gusta tu jersey, te queda muy bien ─ le digo solo para molestar a mi hermano, aunque es verdad, me gusta como le queda ese jersey.

"Mentira, te gusta cualquier cosa que lleve"

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