16: Escapando del problema

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No entiendo como Alex y Aaron han podido vivir tanto tiempo escuchando las barbaridades de ese imbécil ni como Victoria lo ha podido permitir

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No entiendo como Alex y Aaron han podido vivir tanto tiempo escuchando las barbaridades de ese imbécil ni como Victoria lo ha podido permitir. Joder, es su padre, pero menudo sin vergüenza. Como veis aún no se me ha pasado el cabreo y eso que ya han pasado varias horas.

Estoy completamente sola en la penumbra de mi habitación en plena madrugada sin poder conciliar el sueño. Los chicos, por otra parte, se han quedado en el salón, pobrecitos, pero nuestra casa no es tan grande como para tener habitación de invitados. Me pregunto cómo estarán ellos. Si a mí me han sentado fatal sus palabras y solo ha sido un rato no me puedo ni imaginar lo que debe ser que te las repita constantemente. El sonido de mi móvil distrae mis pensamientos.

Aaron:
¿Estas despierta?

Olivia:Por desgracia si

Tras mi respuesta se abre la puerta de mi dormitorio y aparece Aaron desesperado.

─ Menos mal, estas aquí ─ suelta todo el aire que estaba reteniendo al verme.

─ ¿Dónde iba a estar?

─ No lo sé ─ vuelve a alterarse ─ Alex no está, pensé que te habías ido con él.

─ ¿¡QUE!?

Me levanto de un salto y me pongo el primer abrigo y zapatillas que encuentro.

─ ¿Qué haces? Son las dos de la mañana ─ intenta mantener la calma.

─ ¿Qué crees que hago? Ir a buscarle.

─ Ya volverá Liv, tranquila, no es la primera vez que se va a estas horas.

─ Sabes tan bien como yo donde está y que está haciendo ahora mismo.

Termino de atarme el zapato y salgo corriendo escaleras abajo. Cojo las llaves del coche de mis padres ya que él se ha llevado el de Aaron y voy al garaje. Subo y me abrocho el cinturón a la velocidad de la luz.

─ O está en el puente o en el bar de Frank ─ dice el castaño sentándose a mi lado. Me alegro de que se haya animado a ayudar.

─ Si estuviera en el bar Frank me hubiera llamado, le dije que lo hiciera si volvía por ahí.

─ Entonces está en el puente.

Conduzco hacia allí lo más rápido que puedo, por suerte no queda lejos de mi casa. Es el puente más alto de la ciudad, el lugar donde siempre vamos Alex y yo cuando necesitamos despejarnos, el problema es que para él no es suficiente estar simplemente allí.

Nada más llegar le encuentro sentado en el suelo hipnotizado por las luces de los coches que pasan bajo él con una botella de alcohol al lado y una bolsa de cocaína en la mano.

─ No la he abierto ─ me dice con la voz rota cuando ve que me estoy acercando. Tan solo me siento a su lado y apoyo la cabeza en su hombro ─. Duele mucho Liv.

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