Simplemente estar tumbado a su lado me hace sentir que soy la persona más afortunada del mundo. Podría pasarme horas y horas mirándola, aunque conociéndola no me lo permitiría. Lo bueno es que ahora mismo está dormida y no puede decirme nada. Me fijo en cada detalle desde su largo y castaño pelo enredado hasta su boca entreabierta sin olvidar su pequeña nariz respingona y sus rosadas mejillas. Pero sin duda mi parte favorita siempre serán sus ojos, no por cómo son sino por lo mucho que expresan. Si cada parte por individual ya es maravillosa, en conjunto es una obra de arte y no sé cómo ella misma no puede verlo.
— ¿Por qué me miras siempre tanto? — abre un ojo irritada. Estaba tan concentrado en admirarla que ni siquiera me había dado cuenta de que se había despertado.
— Porque me gusta.
— Pues no me mires durmiendo, es de psicópata.
Me hace gracia que se levante de tan mal humor. Me recuerda a los veranos que pasábamos juntos en la playa y no cambiaba de humor hasta que se comía esos cereales de colores que yo siempre he odiado, pero ella adoraba.
— Es relajante verte dormir. Es el único momento en el que estás tranquila — confieso pasando una mano por su mejilla.
— Pues te aseguro que en mi sueño no estaba tranquila — susurra pensando que no la he oído.
— ¿Puedo saber que soñabas? Ahora tengo curiosidad por saber lo que sueña esa cabecita.
— Nada — dice poniéndose completamente roja.
— ¿No quieres contármelo porque tiene que ver conmigo?
— No te creas tan importante.
— A ver, déjame adivinar. Aparecía yo, eso lo sé, y si has dicho que no estabas tranquila o bien estábamos matándonos o haciendo todo lo contrario.
— Te acercas un poco.
— Por la cara que has puesto diría que es la segunda opción, y necesito detalles, ¿estábamos en esta cama?
— No había ninguna cama.
— ¿Entonces dónde estábamos?
— No te lo pienso decir
— Venga, Liv, si no me lo cuentas no puedo hacer realidad tus fantasías.
— Tal vez no ha sido un sueño agradable.
— Lo dudo, tus ojos muestran lo contrario. De hecho, diría que incluso lo has disfrutado. Muchísimo.
Se sonroja aún más si es posible y se gira hacia el otro lado dándome la espalda.
— Si solo vas a reírte de mí, ya puedes irte — pero, aunque intente parecer enfadada, no lo está en absoluto, más bien tiene un tono divertido en su voz.
— Pero no te enfades, si yo también sueño muchas veces contigo. Aunque prefiero llevar todos esos sueños a la realidad también te digo.
— Y ahora intentas pervertirme, ¿no decias que eras un caballero? — gira la cabeza para mirarme con una ceja enarcada.
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INEVITABLE
Novela Juvenil¿Y si tuvieras que fingir ser la novia del chico mas popular del instituto al que por cierto conoces de toda la vida? Esto mismo es lo que le pasa a Olivia cuando de repente su vida da un giro de 360 grados al verse envuelta en una mentira de la que...