Capítulo 5

163 18 4
                                    

Jazmín.

No sé cuánto pueda mi cuerpo tolerar, pero los golpes que me han dado son suficientes para morir.

Me dejaron sola en una habitación oscura después de pasar dos horas golpeando mi cuerpo.

Parece que tengo algunas costillas rotas, no puedo moverme, sigo atada, con hambre y con miedo.

Mis lágrimas es la única agua que tengo, mi garganta está seca y dañada por tantos gritos de súplica.

Sin poder usar mis poderes no puedo pararme.

Lo intenté pero fue un vano solo conseguí hacerme más daño, carajo.

Voy a morir aquí?, no, no puedo morir de esta manera, mi familia, mis hijos.

David, no pueden perderme de una manera tan horrible, Jonathan no se acerca a la habitación pero su secuaz cada cinco minutos vuelve a reírse de lo lastimada que estoy.

Y ahora mismo estra justo delante de mí con un plato y un vaso de agua.

-Toma, debes estar muriéndote de sed y de hambre.

Dejó el vaso y el plato a mi lado, observé las ataduras.

-Oh no, querida, fuiste tan tonta al pensar que te las quitaría?, te daré de comer.

Y tras decir eso se puso en una rodilla, cogio la cuchara y la acercó a mi boca.

-Vamos, di un gran ah - mire el contenido del plato.

Parecía ser sopa con fidedos, me convencí que tenía que comer mi cuerpo lo pedía a gritos.

Abrí la boca y el líquido caliente de la sopa fue una salvación, mi garganta se sintió mejor al instante.

Terminé la sopa y siguió el vaso de agua, con cuidado ella lo acercó y me dio de beber.

-Seré una hija de puta pero tampoco hay que dejar que las personas mueran de hambre o de sed - cogio las cosas - Me voy, ciao.

Salió de la habitación y la poca luz de la ventana iluminaba la puerta.

Comencé a llorar, volví a intentar quitarme las ataduras pero casi no tenía fuerzas.

-Ya no sigas - cuando Jonathan entró me quede helada con el cuerpo tenso - tranquila, tus heridas - las señaló - las voy a limpiar.

-No quiero que te acerques a mi - Dije, con la voz ronca y baja - aléjate.

-Y si no quiero?, recuerda que estas débil y que puedo hacer lo que quiera ahora mismo, puedo golpearte pero no lo haré, se una buena chica y dejame curar tus heridas.

Acerco un algodón con alcohol a la herida de mi labio, frunci el ceño ante el ardor.

Después de un rato Jonathan se apartó.

-Listo, así más tarde las abriremos mejor - salió de la habitación.

Estaba aceptando mi destino, le avisaron a David y a su familia, enviaron fotos de mi, golpeada y atada.

Y aunque lograrán encontrarme no creo que lo logren, mi cuerpo ya no tiene energías, perdí mucha sangre por algunas heridas hecha por navajas.

Sigo viva porque no me corto tan profundo pero la sangre fue mucha.

Además, los huesos rotos, como el brazo y una pierna, las costillas.

Moriré aquí, parece que está noche no saldré con vida.

Mire a la ventana, pude ver una pequeña luz azul pasar.

Si voy a morir, no quiero hacerlo sola.

La Escuela de poderes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora