Las hojas secas de otoño: primera parte

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Víctor se quedó inmóvil en la puerta sin dar crédito a lo que veía, no podía creer que ese hombre demacrado fuese su padre, apenas había pasado un par de semanas sin verlo y ahora este presentaba una imagen desconocida para él.

-Me alegra que hayas regresado.- dijo Iván que estaba sentado en el borde de la ventana.

-¿Qué ha pasado?.- preguntó directamente el adolescente.

-¿Cómo estuvieron tus vacaciones?.- continuó diciendo tratando de evadir la pregunta.

-¡Papá!.-

Iván permaneció en silencio por un largo rato.- Siéntate.- le pidió, Víctor se colocó frente a su padre sobre un sillón.- primero debes saber que tu abuelo está delicado de salud ya que tres días después de tu partida a Kioto tuvo un infarto.-

-¿Pero por qué no me dijiste nada?.- le reprochó.

-No quise arruinar tus vacaciones.-

-Pero...-

-¡Vitya por favor! Sé perfectamente que eso no te preocuparía, aunque es lógico ya que apenas lo conoces.-

-¿Y vas a ir a Rusia?.-

-Por el momento no tengo los recursos necesarios para ir.-

-Ya veo.- Víctor no pudo evitar sentir alivio.

-pero eso no es todo, aunque de lo demás estoy seguro que te sentirás feliz.-

-¿¡Por qué dices eso!?.- cuestionó con sorpresa.

-Porque te alegrará saber que terminé con Jennifer.-

-¿¡Terminaste con ella!?.- Víctor no podía estar más sorprendido.- ¿¡Pero por qué!?.-

-Ella...empezó a cambiar cuando me pidió 650000 yenes y se los negué debido a que he ayudado en los gastos de mí padre.-

-Así que al fin te diste cuenta de la realidad.-

-Sí, tenías razón...ella sólo me utilizaba y cuando vio que no me sacaría provecho me cambió por el abogado de la fábrica.-

-Entonces te abandonó por otro hombre.-

-¿¡Pero por qué!? ¡Yo sólo quería tener una familia completa! ¿¡Acaso no tengo derecho!?.- sus bellos ojos azules se llenaron de lágrimas haciendo que el adolescente sintiera un enorme dolor al ver a su padre sumido en esa desesperación.

-Papá.- Víctor estaba indeciso sobre como reaccionar asi que sólo se levantó y se acercó a su padre posando su mano sobre su hombro.

-¡Vitya!.- en ese instante Iván hizo algo que el adolescente no imaginaba ya que lo tomó suavemente y lo colocó sobre sus piernas tal como lo hacía cuando era niño.- Perdóname por no haberte hecho caso, estaba cegado por la ilusión de tener una familia tanto para ti como para mi.- dijo con el rostro humedecido.

-Algún dia la tendrás, pero por favor no llores, no soporto verte así.-

-Mí pequeño.- Iván abrazó a su hijo con cariño.

-Sólo te pido que por favor dejes de beber.-

-Lo intentaré.- Iván titubeo un poco pues no sería fácil de cumplir debido a que su alcoholismo era serio. Después de decir eso Víctor se abrazó a su padre sintiendo que con aquello la brecha que se había abierto se acababa de cerrar nuevamente.

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Al dia siguiente por la tarde Yuuri y Víctor se encontraban sentados sobre una banca a orillas de una cancha de básquetbol en el parque Uomidai. El ruso le había contado todos los detalles.

Las flores del cerezo rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora