Hola a todas/osEstoy de regreso con un nuevo trabajo y aunque este será mas corto que mi anterior fic, la verdad me he esforzado por crear una tierna historia llena de amor y si, un poco de drama también. Ojalá sea de su agrado y me hagan el favor de seguir las actualizaciónes que siempre trato de hacer cada semana.
De igual manera para las bellas personitas que me siguen desde mi anterior fic, espero les agrade ya que lo he hecho pensando en ellas como agradecimiento por su apoyo.Nota: hice una modificación a las edades de Yuuri y Víctor respecto al cánon ya que aquí la diferencia es de sólo dos años, lo decidí asi para que encajara más en el argumento del fic.
Asi que hecha la aclaración comencemos😊
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-¡Yuuri, Despierta!
-Mmm..¿por qué?- respondió frotándose los ojos un pequeño niño de seis años que se quedó dormido con la cabeza sobre la mesa después de comer.
-Tu padre acaba de llegar con el compañero de trabajo que le ayudará a restaurar el auto de tu abuelo.-
-¿Y quieres que les ayude?.-preguntó pues siempre que su padre se metía al garaje le ayudaba aunque fuera para pasarle las pinzas.
-Claro que no. Pero el señor Nikiforov llegó con su hijo que ahora está solo en la sala, asi que ve a hacerle compañía.-
-Pero...-
-¡Vamos! ¡No seas tímido!- dijo la mujer tomando de la mano a su hijo.
Atravesaron la casa, la cual era bastante grande debido a que gran parte de ella lo ocupaba el negocio de la familia que consistía en servicio de baños termales acompañados de algunos bocadillos y bebidas, en tanto la parte privada se ubicaba al fondo.
-Yuuri, si sigues asi jamás podrás hacer amigos.- siguió diciendo al ver que su hijo se negaba a entrar a la sala.
Yuuri se detuvo en la puerta titubeante, sin embargo en ese momento el pequeño invitado que veía todo a su alrededor con curiosidad se giró dejando ver a un niño de 8 años con bellos ojos azules y cabello como de plata. De inmediato se acercó al gracioso japonés de ojos castaños, cabello negro un poco rebelde y mejillas carnosas.
-Hola.- saludó en japonés aunque enseguida dijo otras palabras inteligibles para Yuuri.
-Saludalo.- le ordenó su madre.
-Pero no entiendo lo que dice.- se quejó.
-Pero si puedes estrechar su mano.-
Yuuri le extendió su temblorosa mano, sólo que al hacerlo tuvo nuevamente aquella extraña sensación de la primera vez, ya que efectivamente, ese no era su primer encuentro. Este fue unos dias atrás en el día de campo mensual de la enpresa donde su padre trabajaba, pues a pesar de que tenían su modesto negocio este no era muy redituable por lo que Toshira Katsuki tenía que buscar la forma de traer mayores ingresos al hogar. Y fue ahí donde en el más reciente picnic mientras Yuuri daba las últimas mordidas a un apetitoso emparedado de atún, una pelota dio directo a su hombro, el japonés se dio la vuelta bastante molesto pero al hacerlo tuvo la visión más bella de su corta vida, pues ante él se encontraba el niño más extraño y hermoso que había visto.
-¡Víctor, te dije que no jugaras con eso aquí!.- lo reprendió una mujer rubia con ojos verdes de al menos 26 años que en ese momento lo jaló del brazo con brusquedad, incluso el niño hizo un gesto de dolor.
-No se preocupe, no le hizo daño.- dijo Hiroko tratando de apaciguar a la mujer que se veía bastante agresiva con su hijo.
-Aun asi, debe disculparse.-- añadió la mujer que hablaba un perfecto japonés.-- ¡Ahora discúlpate!.- le ordenó al niño en ruso.
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Las flores del cerezo rojo
Fanfictionmuchas veces se dice que los amores infantiles o adolescentes no tienen ningún futuro, y que estos son solamente fruto de la inexperiencia de sus protagonistas y menos aun se toman en cuenta cuando ambos son un par de pequeños niños. Sin embargo ya...