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Me desperté con la salida del sol, tapé a Loki con la manta y bajé a la terraza a mirar al horizonte. Todo parecía ir bien, yo no extrañaba estar en palacio y el moreno me daba la estabilidad que necesitaba, me inspiraba confianza y tranquilidad, sentía que a su lado todo podía ser posible, incluso llegar a convencer a su padre de que me dejase salir de la zona real.

Una figura a caballo lejana hizo que saliese de mis pensamientos, rápidamente me escondí dentro de la cabaña chocando con Loki, quien me tapó la boca para que no chillase del susto. Me dio la vuelta y me hizo una señal con el índice en sus labios para que mantuviese silencio mientras salía a ver quién era el misterioso jinete, entrando unos momentos después.

—Tenemos que separarnos y volver al palacio, entrando a destiempo en el salón real para desayunar sin levantar sospechas de que hemos pasado la noche juntos.

—Pero Loki...

—Hazlo, tendremos suerte si no han encontrado nuestra ropa en el lago.

Movió la mano poniéndonos ropa y salió de la caseta con prisas, supongo que angustiado y con razón. Anduve pensando en mis cosas hacia palacio, pero me topé con Thor antes de ello.

—Astridr, os he tenido que cubrir las espaldas a mi hermano y a ti. Le he mentido a padre diciéndole que estábamos los tres en el jardín pasando la noche para prepararnos a situaciones extremas, me ha creído porque llevo fuera buscándoos toda la noche habiendo encontrado solo vuestra ropa.

—Lo siento Thor, se nos pasó la hora... Gracias por darnos una tapadera, pero ahora Loki no la sabe y puede descubrir todo.

Fuimos lo más rápido que pudimos a buscar al moreno encontrándolo justo antes de que entrase al salón. Thor le explicó rápidamente por encima la tapadera y nos sentamos donde siempre, a los costados de Odín y Frigga.

—¿Qué tal os lo pasasteis ayer hijos? -preguntó Odín sospechando una mentira.

—Muy bien padre, estuvimos viendo las estrellas e incluso hicimos una hoguera para no pasar frío mientras peleábamos alrededor de ella -contestó Loki.

—Lo mejor fue cuando lo decidimos, fue idea mía porque decidí meterme en el lago para ver cuanta temperatura podría aguantar mi cuerpo al salir del agua sin tener una hipotermia, admito que hicimos mal en saltarnos las clases pero fue mi impulso e influencié al resto para seguirme.

—Gracias Astridr, a eso quería llegar. No quiero que volváis a saltaros ninguna clase, el resto no me importa. Pero recordad, Astridr no puede salir del perímetro de palacio y agradecería que se respetase.

Suspiré por las palabras de Odín y empecé a comer sin ganas, ignorando la vivaz mentira que estaban contando los hermanos de las experiencias de la noche; Loki era experto mintiendo, obviamente le habían creído. Terminamos el desayuno y fuimos sin hablar hacia nuestras respectivas clases.

Ésta vez fue Loki quien se sentó a mi lado, notaba preocupación en su aura. Levanté la mirada del libro con una pequeña sonrisa para tranquilizarle, pero al igual que yo él también sabía lo que pensaba.

—Es ridícula esa ley que ha impuesto mi padre, no entiendo por qué no deberías salir.

—Yo tampoco la entiendo, pero tendrá algún motivo oculto para ello.

Puso la mano en mi rodilla y la cubrí con la mía, siguiendo la lectura.

(...)

El día pasó muy lento, sobre todo sin hablar con nadie. Pasó la hora de comer y Loki me paró en un pasillo apartado para hablar.

Princess of Asgard (Fanfic de Loki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora