Caminamos por el palacio hasta su cuarto, Loki se colocó al costado de la puerta dejando espacio para que pasase. Al abrir la puerta vi su habitación recogida con un camino de pétalos rosas que llevaban hasta la cama, la cual tenía un regalo colocado en la parte inferior. Miré a Loki sonriendo y entramos.
—Me acordé de una conversación que tuviste con Thor en la que dijiste que tu árbol favorito es el cerezo, llevo toda la semana buscando uno por Asgard pero aquí aún no está en flor, a si que bajé a Midgard a recoger un par de flores y bueno, a parte del colgante quería regalarte otra cosa...
Desaté el lazo haciendo que la caja se abriese sola, dejando ver dos preciosas dagas. Le miré emocionada sabiendo que él tenía dos iguales, esperando la respuesta del millón.
—Sí, son las mías, quiero que las tengas por mí.
—Loki, es el mejor regalo que me han hecho en mi vida...
Y le volví a besar apasionadamente, esta vez siendo correspondida. Caminamos hacia la cama sin separarnos y el moreno me tumbó con delicadeza, acariciando mi espalda. Se quitó la chaqueta sin dejar de besarme y me colocó para estar los dos tumbados en la cama cómodamente, él encima mío. Le abracé por la cintura con las piernas apegándolo más a mí, provocando un pequeño rugido de su parte. Sonrió y me miró, sus pupilas cubrían completamente su iris y un par de mechones de pelo caían sobre su frente de forma tan sensual que no pude evitar morderme el labio, no podía resistirme a eso.
Nuestras manos jugaban por nuestro cuerpo buscando el límite de la ropa pero sin llegar a quitárnosla, hasta que Loki tomó la iniciativa quitándome el vestido delicadamente, besándome las zonas que quedaban descubiertas. Le quité la camisa acariciando por donde pasaba, y acto seguido bajé hacia los pantalones. Él solo podía admirar mi cuerpo desnudo, pasando delicadamente su mano por el centro de mi abdomen.
—Dime qué quieres que haga Astridr o dame permiso para hacer lo que quiera contigo y te haré disfrutar como nunca lo has hecho, quiero que sea la mejor experiencia de tu vida y que lo recuerdes por milenios, quiero hacerte gritar mi nombre de placer, quiero hacerte mía...
Su voz se escuchaba más áspera, grave, seductora, provocando que una corriente de electricidad recorriese mi columna.
—Hazme tuya Loki...
Susurré, lo que bastó para desatarle del todo. Me besó el cuello mientras su mano libre jugaba con mis pechos, se pegó más a mí haciendo que arquease la espalda y soltase un ligero gemido al notar su miembro contra mí. Se levantó por un momento para desnudarse completamente, mis mejillas empezaron a arder. Volvió a la postura a la que estábamos pero agarrándome mis dos manos con una suya por encima de mi cabeza.
Entró dentro de mí despacio, mirándome a los ojos con una sonrisa seductora dibujada en el rostro, yo arqueé todo mi cuerpo gimiendo. Se movía lentamente, suspirando gemidos con cada embestida, acariciando mi mejilla pero de forma más apasionada que de normal. Cada vez se movía un poco más rápido, yo no podía evitar gemir con cada envestida a si que Loki me tapó la boca con la mano que me acariciaba. No podría aguantar mucho más, en mi interior sentía fuegos artificiales. Loki apretó la mandíbula y cerró los ojos, se empezó a mover más rápido, indicando que él también iba a correrse.
—Quiero que llegues conmigo Atti, gime mi nombre...
Y como si una orden se tratase lo hice, cuando apartó la mano de mi boca llegué al orgasmo gritando su nombre, él salió de mí y también llegó, dejando mi abdomen húmedo de su deseo. Se tumbó a mi lado sonriendo victorioso y pasó su brazo por detrás de mi cabeza para que me tumbase en su pecho, que es lo que hice. Nuestras respiraciones aún estaban agitadas, podía notar el corazón del pelinegro cómo trataba de salir de su pecho. Con un pequeño gesto de su mano Loki hizo que una fina sábana nos tapase mientras acariciaba mi pelo delicadamente, no quería que éste momento terminase.
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Princess of Asgard (Fanfic de Loki)
Hayran KurguLoki encontró a una dama espiando sus entrenamientos, Astridr era su nombre. Ella no esperaba todo lo que eso supondría, pero toda buena historia tiene su comienzo y conflicto...