Dos semanas habían pasado, dos semanas desde que Jai había despertado, aunque desde que Jai ha aparecido en mi vida, esta se ha tornado mucho mejor y la aprecio más, tengo que decir que desde que esta le ha dado una segunda oportunidad a el, y también a mí, puedo apreciar más las pequeñas cosas.
Nunca he visto una persona con tantas ganas de progresar como las tiene el, tiene mucha más vitalidad que cualquier persona. Su sonrisa nunca ha desaparecido y cosas así son las que más te impulsan a seguir dándole fuerzas.
No era algo fácil para mi repartirme el tiempo entre la prepa, el hospital y mi familia.
Mís padres habían retomado con sus comunes rutinas de trabajo, volvían los días y fines de semana sola, pero eso implicaba más tiempo junto a Jai.
Con Luke habíamos congeniado mejor que nunca. El venía por mi, e íbamos para verlo a Jai, luego siempre buscábamos el modo de hacer algo para que Jai se sienta mucho mejor. Hemos logrado filtrar un ipad para que escuche música allá, y hasta habíamos dibujado en sus yesos, algunos de sus tatuajes.
Sabía lo el estaba pasando, me ha pasado en forma más leve, pero las sensaciones no se alejan tanto las unas de las otras.
Esa sensación que te abrumaba cuando estabas en la camilla, queriendo tan sólo salir por aire fresco, pero debes soportar los pinchazos, las sondas, todos junto a tu camilla mirándote y anotando, pasas a sentirte como un conejillo de indias probando un nuevo producto pero no es así, ellos te quieren curar, quieren hacer lo mejor para ti.
Estaba con Jai, le habían hecho rayos para comprobar el estado de resistencia de sus huesos, y luego tenía que hacer ciertos ejercicios que el kinesiologo le daba, para acostumbrarlos al movimiento.
Yo estaba sentada en el sofá de visita dentro de su sala mientras terminaba de hacer los ejercicios, notaba su expresión, el no quería hacer más.
Cuándo su médico se fue, el quedo sentado al borde de la camilla, ahora podía sentarse. Me pidió que le alcance un espejo, allí estaba, mirando su rostro, tocandolo, las secuelas de un accidente como el que hemos tenido no eran fáciles, notaba como se miraba, no estaba feliz.
-Me ha quedado esta marca dejado del ojo.- me dijo enseñandola.
Me puse de pie para ir junto a él, me senté a su lado.
-Apenas se nota Jai.
No parecía convencido, ladeaba su rostro en busca de más.
-Y aquí este corte en mi labio, tendría que haber cicatrizado.
-Amor no te preocupes, todo es a su tiempo.
-He recibido palizas en mi vida pero nunca he quedado así, me veré tan mal.
-Jai no digas estupideces, estas hermoso, como siempre. - le dije tomando su mano para apartar el espejo.
-Así me ves tu porque eres mi novia, no es fácil notar todos estos daños en mi rostro.
-Jai, has sobrevivido a algo que la mayoría no sobrevive, deberías no darle importancia a algo así.
Jai aun así parecía desanimado, creo que era hora hacerle saber que había sucedido mientras el estaba inconsciente.
Tome el espejo y corrí mi maquillaje de mi cuello, una gran y larga cicatriz apareció en el dorzo de mi mandíbula.
-¿Ves esto?, esta también es una secuela del accidente, ¿crees que me gusta tener eso allí?. - pregunte mirando en sus ojos. - claro que no, soy como Frankenstein.
-No digas eso. - dijo poniendo suavemente su mano por sobre la cicatriz.
-¿Y mis manos?. - dije levantando mis mangas. - mira todo esto, parece que hubiesen puesto las manos de un trabajador de fabrica accidentado por sobre mis manos. - me queje.
-Deja de hablar de hablar así por favor. - dijo Jai. - yo estaba hablando estupideces pero tu no tienes que darme apunte, no tienes que decir eso.
-Pues yo tampoco, quiero oírte hablar así Jai, te ves hermoso como siempre, y te veo sano, que es lo más importante para mi.- acaricie su rostro. - No me importa la marca en tu rostro, no me importa esto sobre tu labio. - dije pasando mi dedo suavemente, el cerro sus ojos a medida de mi tacto.- me importa que te tengo conmigo otra vez. Y me importa que lo sigas intentando, que sigas con la recuperación y no te rindas, todos te necesitamos.
Jai tomo mi rostro entre sus manos, y comenzó a darme pequeños besos por todas partes, tiernos y casi imperceptibles. Besaba mi nariz, mís mejillas, mi frente y por último, lentamente se acercó a mis labios.
Extrañaba tanto que me besara, claro que era un beso más que suave, el aun estaba lastimado y no quería hacerle doler, pero sus labios se sentían suaves, cálidos, como siempre eran. Dejo mi rostro entre sus manos y elevó mi barbilla para dejar un beso por sobre la herida que le había enseñado.
-Tu eres hermosa, siempre lo serás para mi.- susurro junto a mis labios a la vez que sus ojos estaban en los míos.
-Jai, te amo, te amo mucho.
Jai sonrió.
-Sabes que también te amo mucho, eres todo para mí.- concluyó dándome un abrazo, la mejor sensación en el mundo, debía de ser, estar entre los brazos de quien mas amaba, estar con el único para mi, Jai.
