-Cap 3-

242 34 0
                                    

La noche llega sin mucha demora, y claro, su madre aún no vuelve de su turno, aveces hace doble turno, siempre en el hospital, la puerta de su habitación estaba truncada, solo un poco, con ayuda del sofá individual que cubría la mitad de la puerta y con los dos seguros puestos.







¿Desamasiado?, si pero no importa, la luz que provenía de su escritorio le ayudaba porque iluminaba muy bien, se acerco a la window seat, habiendo una de las ventanas para fuera, agarrando un grueso libro que aún no termina de leer, le gusta enfrascarse en la fantasía -peseanocreer- y dejar volar su imaginación, con una calentita frazada sobre sus hombros y con las almohadas acomodadas en su espalda, sonrió al encontrar donde quedó.







Su vista fue capturada cuando la luz del frente se prendió, Dash alzó una ceja antes de mirar con atención, siendo la habitación de Jaime que está siendo iluminada, la casa estába en frente, afilo su mirada, acomodándose los lentes que usaba porque si, es medio miope, ve a Jaime habrir la ventana de par en par y hacer raras señas, otra vez y mover sus labios, otra vez, así de raro encuentra a Jaime pero le resta importancia antes de volver a su lectura.







Feliz de sabe por fin quién envenenó a la Duquesa para quedarse con la herencia y los secretos de la Mansión. Dash es un soñador, suele perderse en su imaginación por las mañanas y quedarse en blanco por las noches al dormir, le gusta leer como escuchar música, eran sus dos principales adicciones, sin supervision la mayor parte del tiempo, es un chico que fácilmente puede ilusionarse, pero también es resentidos y rencoroso a más no poder. No le gusta salir y prefiere dormir todo el tiempo si es posible, no hacer nada si es mejor, leer y leer, escuchando música mientras se encierra en su habitación.






Tal vez sea su poco interés en interactuar, la falta de figura autoritaria, lo ermitaño que puede ser y su poco interés en las cosas que lo hace ser como es, no hay quejar de parte de su madre, tal vez uno que otra pero ñe, no importa.






¡Lo sabia!ー susurró al leer el texto.
¡Te lo dije Ladysmith!, esa mujer no te convenía!ー se quejo a la nada.






Si emoción más grande eran los libros, se metía tanto en su lectura que aveces se imaginaba estando en la historia, interactuando y dando consejos pero claro, se lo decía a la nada, porque siempre está solo.






El ruido sordo herizo los bellos de su cuerpo el cual se crispo, miró a la puerta de su habitación donde por las averturas se filtraba la luz del foco. ¿Ella ya volvió?, Dash miró su reloj de mano, eran apenas las nueve y cuarto, demasiado temprano para ser mamá. Se quedó en su lugar, cerrando el libró con suavidad, sin moverse.










¡Dasha'!, ¡ya volvi cariño!








Pero Dash no se movió, se quedó ahí, inmóvil, a paso suave se dirigió a su ordenador, agarrando sus audífonos y conectarlos a su celular, buscando música aleatoria antes de darle casi todo el volumen. Agarró su libro y volvió a concentrarse en leer, no importa, tal vez se duerma de ese modo y todo pase con rapidez.








Ya no había frío, más parecía que era el calor pero no se quitó la frazada de sus hombros, llevaba un pantalón caliente como pijama para dormir y calcetas, más la manta sobre su cuerpo, ya sentía calor, algo raro si se notaba que la puerta estaba habierta y el frío del exterior se adentraba.



















⎯⎯⎯⎯ ◦◈◦◈◦◈◦⎯⎯⎯⎯

 












La luz golpeó su rostro y con ellos tuvo que levantarse, notando que estaba en su cama, miró la hora del reloj sobre la mesita de noche, 10:15, muy temprano para levantarse en un día de vacaciones. El ruido en la planta baja le hizo incorporarse como el gruñido de su estómago, sentándose en la cama y tallando sus ojos, soltando un bostezo antes de levantarse, caminar a la salida y moviendo el sofá, quitando los dos seguros y habiendo la puerta, escuchando la voz de su madre que talves este en una llamada, caminó por el pasillo y bajo las escaleras asta llegar al comedor.








Su madre sirvió el desayuno(?) en silencio para ella, Dash se acercó a la nevera. Buscando el recipiente con leche para comer cereales.






ー¡Ni se te ocurra!ー sus acciones pararon antes de ver a la mujer.
ーSaca tu comida, no es hora de comer cerealesー la mujer le regañó mientras se servía una taza de café.





ーQuiero comer cerealesー frunció el ceño.






Ella también lo hizo pero Dash sabe que su madre no es ella sin ese ceño fruncido en si rostro y su rostro autoritario.





ーDebiste levantarte más luego si querías, hize comida así que comeras lo que he preparadoー le dijo mientras tomaba asiento.







Chisto antes de hacerle caso, tragando se las protestar antes de servirse de comer, saco café aunque no le gustará pero sabía que ella le regañaria su tomaba agua fría y no algo caliente. Se sentó y ambos comieron en silenció, algo que ya era costumbre ya que era rara la vez que comían a la vez en la misma mesa.





ーVoy a...salir más tardeー titubeó, concentrado en su plato mientras ella lo miraba.






ー¿Con quién y a donde?ー la mujer entrecerro sus ojos viendo a su hijo.








Alzó la mirada, ーCon Jaime, quiere que juguemos un poco con la nieveー mintió, pero no lo dejo notar.







ーOhー emitió ーAbrígate que esta frio, usa guantes y gorro, también una bufanda que su te enfermas te juro Dasha, no vengas llorando a mi si eso pasaー le aconsejó y recriminó a la misma vez.





Su tono siempre es serio y frío, neutro que cuando aconsejaba a veces parecía más una regañó y amenaza que un consejo, Dash lo sabía, ya lleva mucho tiempo con su madre para conocerla, asintió y soltó una especie de afirmación desde su garganta.






ーLava los trastes y aguarda la comida, ya tengo que irmeー se levantó.







Su ceño se frunció ー¿Yo porque?!ー se quejó con mala gana.






ーPara eso estas, no es mi culpa que te levantes tardeー le dio una mirada severa. ーLimpias y ordenas, también tu habitación, aquí no viven vagabundos, ¿es que no te da verguenza?!ー le regañó con una mirada crítica.







ーVergüenza a robar y que te descubran, eso es verguenzaー chisto, mirando la antes de apartar la mirada.







ーCierra la boca y has lo que te digoー dijo entre dientes antes de irse del comedor.







Es lo que siempre hago...ー murmuró con desgana, mirando su comida a medio terminar.







El golpeó en su hombro le hizo saber que ella lo escucho, le restó importancia antes de escucharla dar zancadas a la sala, terminó de comer justo a tiempo cuando ella salió. Recogió los trates y los llevó al lavado, buscando en que guardar el resto de la comida y guardarla, levantó los trates utilizados, tirando la basura de los residuos, agarrando una toalla pequeña para limpiar la estufa y el lugar de la cocina para al final la mesa. No era algo que no haya echó.






ー¡Hay Dios mio!ー dio un brinquito cuando el sonido de las hoyas o tapaderas se movieron e. El gabinete de abajo.





Negó, riendo con nervios antes de ir al segundo piso y cepillarse los dientes y pensar que ropa usar para salir un rato afuera, ella sabría donde esta de todos modos, las cámaras y el GPS en su reloj y teléfono eran una clave para que ella monitoreara donde estaba.

-What the Dark Hides-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora