-What the Dark Hides-

-Cap 9-

Cuando Dash volvió a encontrarse al niño nuevamente, fue ese mismo día, ya estaba atardeciendo, el cielo se tenía de colores naranjosos y rojos en la lejanía. El aire frío era leve pero constante, caían algunos copos de nieve sin reparo alguno.

El niño estaba jugando solo en la parte más alejada del parqué, llevaba la misma ropa, movía la viene y la amontonaba en un solo lugar, haciendo al final una bola lo mediana, no tantea la medida exacta y adivino que trataba de hacer un muñeco de nieve, el más chico a su lado era lindo, para un primer intentó, tenía una rama en lugar de su típica nariz de zanahoria o algo. Dash simplemente lo observó, sentando en una banca la cual quito la nieve claro, viviendo su café para entrar en calor.

Arrugó su nariz cuando algo de nieve cayó sobre sí, sonrió cuando el niño se resbaló al suelo nevoso por su falta de cuidado. La poca nieve que caía antes ya había mermado junto al viento, Dash se río cuando en niño lo vio, la punta de su sonrojada nariz se arrugó cuando vio a Dash ocultar su risa detrás de su mano, con indignación apartó la cabeza para más gracia del pelirrojo.

No habían muchas personas, la mayoría debía de estar en sus cálidos hogares o cerca de sus casa jugando la nieve en cuestión de los niños.

Tomó el último sorbo de café justo cuando vio por cuarta vez como la otra bola de nieve del chiquillo se partía a la mitad pero no había frustración en sus expresiones, no, parecía quedarse muy quieto antes de voltear a otros lados, como si escuchara algo, muy loco pero así lo parece. Dash simplemente lo vio sin más cuando por fin la segunda bola de nieve estuvo en su lugar, el niño aveces saltaba para colocar las piedras de saber donde sacó, haciendo una cara y al final poniendo la rama por nariz.

Dash vio el cielo oscurecer, listo para irse cuando una bola de nieve impacto contra su abdomen, bajo la mirada solo para ver al niño esconderse detrás de su creación. Le resto importancia y se fue, seguía lo suficientemente claro para que el niño regresara bien a casa.

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Jack miró al amigo de Jaime irse sin más, ¿no encontraría raro que una bola impactará contra ti cuando el niño está algo lejos?, por más decir que el niño no tendría la fuerza necesaria para lanzarla tan lejos.

Bufó ーBueno amiguito, ese chico no hace casoー se alzo de hombros.

El niño simplemente negó con una sonrisa de holluelos a cada lado de su rostro. Jack también le corresponde, con una sonrisa de dientes que haría a las Haditas desmayarse.

ー¿Tu crees que es normal?ー le preguntó al niño, quién ahora amontonaba la nieve.

El niño volteó a verle antes de encogerse de hombres.

ーExactoー asintió ー, eso mismo pense yo. Es raroー concordó.

Jack sonrió, agachandose junto al niño que se quitó su gorro del suéter como el de lana, mostrando su cabello tan rojo, resaltando en contraste con la blanca nieve. Jack le desordena el cabello con cariño.

ーNo te ofendas pero también pareces como élー le dijo como si fuera un secreto. ーVenga. Ya esta atardeciendo, te acompañó a casaー le ofreció.

Jack dejó al niño en su hogar, sus dos padres lo esperaban afuera y le preguntaban si se divirtió con la nieve. Escarcha emprendió vuelo por el cielo, divirtiéndose mientras veía algunas aves aún en migrar a un lugar más cálido. Llegando al Norte, en el taller donde se escabulle por la ventana siempre habierta del techo. Los muchos duendecillos y yetis se movían de un lado a otro, tratando de tener todo listo para Navidad, es Norte quien lo recibe con una sonrisa.

ー¡Hahah, Jack!, ¿que tal tu vuelo?ー el hombre mayor le golpeó la espalda.

Jack casi cale hacia el frente pero no lo hizo, sonrió también.

ーNorte, todo bien, ¿que tal tu búsqueda en la lista?ー le interrogó, interesado por su visita anterior a la búsqueda.

El hombre emitió algunos sonidos raros. ーEh...si eso mi querido amigo helado, no hay nadaー le dijo, moviéndose de un lado a otro.

La sonrisa de Jack mermó ante esa información ー¿Nada?, nadaー interroga una vez más.

ーNo mi amigo, ¿seguro que me has dado la información correcta?ー el hombre mas alto le interroga, curioso.

Asintió ーEs la información que Jaime me a dado, Norte, no creo que mientaー aseguró con el entrecejo arrugado.

ーEntonces Hada podra ayudarte Jack, lastimosamente no tengo nadaー le sincero, ーPero es raro, revise mi lista de navidades anteriores y no hay nada, ¿que tal conejo?ー propone.

Jack lo mira serio ーNo me ayudara, antes me atacara que ayudara, Sandy, talvez le vuelva a preguntarー recordo al otro guardián de estatura baja.

ー¡Esa es la actitud!, si me dices donde vive pase en navidad a dejarle un regalo, ya que al parecer no esta en mi lista, ninguna en concretoー le propuso.

Asintió ーClaro Norte, en la próxima visita, nos vemosー se despidió antes de partir.

Jack volvió a emprender vuelo, la viene dejó de golpear su rostro. Iba en dirección al lugar de Toothiana para ver si ella logró encontrar lo que buscaba. Era un poco alejado pero en viaje valía la pena.

En su travesía, casi cerca al lugar, sintió su mano izquierda doler, Jack sintió un deja vú, mirando la arena negra en la herida de su palma. Su vuelo paro y descanso en una rama de árbol, mirando a todos lados, la pequeña ventisca de aire le hizo saber que debía irse, no con Hada, si no a otro lugar. Sólo esperaba que Madre Naturaleza lo ayudara una vez más, agarró a Twiner y se fue en dirección contraría.