13. Mi nuevo amigo.

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Despues de desayunar Marco tuvo que irse, ya que hoy tenía que trabajar.

Yo no trabajaba, porque tenía dos semanas de vacaciones.

Al acabar de comer me puse a limpiar y cuando terminé como no sabía que más hacer fui a mi habitación.

Me tumbé en la cama y abrí el cajón de mi mesita, cogí mi libro y me fijé en que debajo de éste estaba el número de Pelayo.

Agarré el papel y mi móvil, me senté y estuve un buen rato pensando si llamarlo o no.

En estos momentos, no sé como, me encontraba escuchando los tonos al otro lado de la línea esperando a que contestara.

Nada, nadie cogió el teléfono y saltó el contestador.

Un poco decepcionada dejé el móvil y el papel en la cama a mi lado mientras comencé a leer.

Cuando ya estaba medio olvidandome del mundo y solo centrandome en la historia que estaba leyendo, una canción empezó a sonar.

Al principio no sabía que era hasta que me di cuenta que me estaban llamando.

-¿Hola? —dije al descolgar.

-Mmm... Hola, lucecita, ¿eres tú?

¿Lucecita? ¿qué?

-Soy Andrea, ¿eres Pelayo?
-¡Lucecita! —dijo con emoción la voz al otro lado.— ¿Te encuentras mejor? Cuando te fuiste con tu amigo me quede un poco preocupado....

Vale, sí, era Pelayo.

-Sí, estoy mejor, gracias por preocuparte.
-Me alegro mucho.
-La verdad es que te llamaba para... pues para darte las gracias por defenderme de ese hombre... bueno, ya sabes a lo que me refiero...

La verdad es que hablar de ese tema no me gustaba.

Esta mañana Marco me preguntó sobre eso y decidí no decirle nada. Serían preocupaciones tontas.

-Oh, sabes que no fue nada, tienes a Pelayo a tus servicios, lucecita.
Pero...

Se calló y no continuó.

-Pero... ¿Qué?
-Bueno... pues que me preguntaba si... nada, la verdad es una tontería, olvidalo.
-No seas tonto, dime, por favor.
-Pues me preguntaba si te apetecía quedar esta tarde para tomar algo, salgo de la libreria en una hora y.. no sé, era por si te apetecía...

Oh, con que era eso. Me acaba de invitar a tomar algo. Desde el accidente no he vuelto a quedar con nadie que no fuera Marco... para mi eso sería como engañar a Selu con otra persona...

Inconscientemente me llevé la mano al pecho, para tocar el anillo que llevaba colgando en una cadena.

→Inicio de flashback←

Cuando estaba en el hospital, una enfermera entró a mi habitación y me entregó una cajita junto con una nota doblada a la mitad.

La abrí y ponía:
Hola, nena.
Bueno, acabarás de encontrar esto debajo de tu almohada. No me atrevía a dartelo en persona y espero que te guste, pequeña.
Recuerda que te amaré toda la vida.
Te amo ♥
Selu.

Sin poder evitarlo mis ojos se anegaron de lagrímas mientras leía la nota, intentaba estar calmada pero no podía. Las manos me temblaban mientras intentaba abrir la caja.

Cuando lo conseguí encontré un pequeño anillo de plata con un diamante y la demas circunferencia del anillo llena de pequeños brillitos más pequeños.

Destinos cruzados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora