Desiree salió de su cuarto.
-Andrea, ¿has visto lo que hay escrito en...?
No le fue necesario acabar la pregunta al darse cuenta que nuestro salón se había llenado de rosas.
-Mmm... creo que si lo has visto... ¿y qué es todo esto?
Le pasé la tarjeta de las flores y empezó a comprender.
-Creo que este chico se ha dado un golpe en la cabeza... uno muy fuerte...
Se dio la vuelta y se fue a su cuarto.
Volvió a sonar el timbre, abrí la puerta y ahí estaba. Con una bolsa en una mano y un casco de moto en la otra, apoyado en el marco de la puerta.
-Buenos días, pequeña marmota.- me dio un beso y entró.-Yo no soy una marmota.-no me gusta que me llame así.
Se sentó en el sofá y puso encima de la mesa una bandeja con pasteles y dos tazas de chocolate caliente.
-Lo que tú digas, marmota - lo dijo susurrando pero aun así le oí - el desayuno ya está listo.
Me miró sonriendo de oreja a oreja. Me acerqué a él, agarré un pastelito que llevaba nata y se lo estampé en la boca.
-No me llames marmota.
Me miró sorprendido, no se lo esperaba para nada. Me miró y sonrió de lado.
-Te has metido en un buen lio, nena...
Se levantó y yo lo imité. Caminó hacia mi y yo retrocedí. Estaba preparandome para escapar pero él fue más rápido y en un abrir y cerrar de ojos me estaba abrazando y dandome besos por toda la cara llenandome de nata.
-¡Sueltame! ¡Ya basta! ¡Para!Empecé a reirme. Tenía toda la cara manchada igual que él.
Al acabar de darme besos sacó la lengua y me chupó la cara.
Estabamos en el sofá, tumbados, él encima de mi. Se acercó a mis labios y me besó. Al principio era un beso suave y calmado pero al poco se volvió más apasionado. Se sentó en el sofá y tiró de mis piernas para que cayera a horcajadas encima de él.
-Creo que deberíamos ir a limpiarnos, estamos pegajosos. - dije mientras me levantaba de su regazo, acalorada y lo mas probable es que estuviera roja.
-Tienes razón, ¿dónde está el baño? - él también se puso de pie.-Ven - le agarré de la mano y le llevé hasta el baño.
Nos pusimos enfrente del lavabo y empezamos a lavarnos la cara.
Estaba inclinada para no salpicar el agua y note un líquido recorriendome la espalda. Estaba muy frio. Pegué un gritito y rápidamente me incorporé.
-¡Eres imbécil! ¡Gilipollas!
Me había empapado la camiseta y no hacía más que mirarme a las tetas.
- Oye, que mis ojos están aquí. - dije señalandome la cara.En ese momento me acordé que no llevaba sujetador, ya que acababa de levantarme de la cama.
¡oh dios mio, y se me está transparentando todo!-¡DEPRAVADO, ASQUEROSO, GUARRO, PUTÓN! - le gritaba mientras lo empujaba fuera del baño.
Cuando estubo fuera me puse un albornoz y salí.
-Quiero que te vayas de mi casa ya.
Iba empujándolo hasta la puerta con todas mis fuerzas pero avanzabamos a trompicones.
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Destinos cruzados.
RomanceAndrea tiene 18 años y vive con su mejor amiga, Desiree. Llega a la ciudad un nuevo chico, Selu, que se mete de lleno en la vida de Andrea. Al principio Andrea odia a Selu y le cae realmente mal, hasta que algo cambia. Pero el destino cree que esa b...