Era la primera vez que lo decía en voz alta. Pelayo se me quedó mirando como si no comprendiera nada.
—¿Embarazada? —se levantó y empezó a caminar de lado a lado del salón. —Embarazada... un bebé...
Estába muy nerviosa y sin embargo él seguía ahí dando vueltas por el salón.
—¿Qué te parece? —se paró en seco y se puso delante de mi.
—¡¿Que qué me parece?! ¡¿Que qué me parece?!
Cada vez estaba mas segura de que él no quería esto. Que se iba a marchar y yo tendría que afrontar al bebé sola.
De repente se cayó de rodillas delante de mi, casi llorando y me abrazó.
—Me parece la cosa más maravillosa del mundo, nena. Tendremos un hijo, de los dos. Algo nuestro. Que demuestre todo el amor que nos tenemos.
Me empezó a dar besos por todos lados.
—¿De verdad estas contento? —levantó la mirada hacia mi.
—¿A caso lo dudabas? —rápidamente desvié la mirada porque se me había encharcado de lágrimas una vez más— Nunca hubiera sido capaz de rechazarlo, ni de dejarte sola con él ni nada de eso, porque ¿sabes qué? Te amo con locura, preciosa. Eres todo mi universo y es contigo o no es.
Al final acabé llorando.
—Venga, anda —me dijo moviendome un poco la pierna— que yo te traía una sorpresa y al final me la has dado tu a mi...
—¿Una sorpresa? ¿Qué sorpresa?
Una sonrisa enorme se extendió por su cara y señaló la cocina.
—Descubrelo tú misma.
Me levanté y caminé hasta la cocina, en la mesa había un montón de bolsas de la compra. Pero una era azul, de papel. La cogí rápidamente y la verdad es que pesaba. Al abrirla vi que había como seis libros, cuando miré los titulos eran los que quería leerme.
Salí corriendo al salón y aprovechando que Pelayo estába sentado en el sofá, me avalancé sobre él.
—Gracias, gracias, gracias —él sabía que yo prefería mil veces un libro que un collar o algo hipermegacaro.
Él se echó a reír ante mi entusiasmo.
—¿Leeras algúno para mi? —me preguntó.
A Pelayo no le gusta demasiado leer y a veces yo le leo mis libros.
—¡Claro que sí!
—Pues empecemos ya, coge el que más ganas tienes de leerte y leemelo mientras yo hago la comida, ¿de acuerdo?
Asentí muy rápido y el se puso de pie. Cogí "delirium" de Lauren Oliver. Y comencé a leer.
—La comida ya está hecha, cariño. — dejé el libro a un lado y despejé la mesa.
—¿Qué has hecho de comer?
—Albóndigas con patatas.
Me puse a aplaudir de felicidad, adoro las albóndigas. A Pelayo se le escapó una carcajada.
—Y bueno, ¿mañana vamos al ginecólogo para que te mire? —me preguntó.
—De acuerdo, pero tendré que llamar luega para pedir cita.
El asintió mientras se metía una albóndiga entera en la boca.
Cuando terminamos de comer cogí mi móvil y llamé al ginecólogo.
—Hola, llamaba para pedir cita. Andrea Labrador. Muy bien, muchas gracias. Hasta luego.
—¿A qué hora tenemos ginecólogo?
—A las diez y veinte.
Pelayo me dio un beso en la cabeza y salimos a dar un paseo como todos los días.
וווווווווווווו×
Sé que estos capítulos están siendo cortos, pero por lo menos puedo empezar a subir con frecuencia.
Quería deciros que a veces cuando termino un capítulo me quedo... ¿cómo explicarlo? Como que no está bien hecho...
Os agradecería un montón vuestros comentarios con críticas tanto buenas como malas para saber si hago algo mal y así poder corregirlo.
Muchas gracias por leerme y estár ahí.
Acordaros de la ★
Besos, Andrea ♥
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Destinos cruzados.
RomanceAndrea tiene 18 años y vive con su mejor amiga, Desiree. Llega a la ciudad un nuevo chico, Selu, que se mete de lleno en la vida de Andrea. Al principio Andrea odia a Selu y le cae realmente mal, hasta que algo cambia. Pero el destino cree que esa b...