Mikey nunca había sido alguien de paciencia, desde que su esposa había fallecido tuvo que hacerse cargo de sus hijos cosa que jamas habia hecho pues vivian lejos por cuestiones de seguridad, si era sincero solo se casó con ella por negocios y en ese...
Después del primer día Takemichi aceptó su realidad, jamas podría irse de ahí, lo analizo mucho llegando a la conclusión de que era igual que los niños, ya que ellos también estaban encerrados, la única diferencia era que ellos eran los hijos de Manjiro, todos le temían a Mikey así que suponía que algún beneficio debía tener eso, estaba aceptando su situación y es por eso que puso en marcha su gran idea de hacer algo fácil y divertirse con los menores, Chifuyu le había dicho que quería comer dorayakis porque son de sus postres favoritos, pero no todo salió como esperaba.
— ¡No Keisuke basta! — grito Takemichi pero aun así recibió un disparo de harina, llenando toda su cara con está haciendo que tosiera.
Los niños estaban riendo por lo que había pasado, Takemichi había tenido la idea de que él y los niños hicieran algunos postres para entretenerse pero nunca pensó que la cocina se convertiría en un campo de guerra, ahora todos estaban llenos de harina.
— Takemichi pareces un fantasma — dijo Chifuyu riendo.
— Se ve mas tonto de lo que es — agrego Keisuke.
— ¡Hey! ustedes...van a limpiar todo esto — dijo Takemichi fingiendo enojo.
— ¿Ustedes? ¿no será nosotros? — dijo Takashi.
— Parece que se divierten — dijo Ran entrando a la cocina tomando una galleta y uno de los dorayakis que estaban listos, lo observo como si tuviera algo malo.
Takemichi iba a decir algo sin embargo se quedó pasmado cuando Mikey entró ignorando todo el desastre que tenían para tomar un dorayaki y llevarlo a su boca.
Quiso detenerlo pues algunos estaban un poco quemados pero ya era muy tarde, Mikey se había devorado el primero y agarró un segundo.
— Hey, no agarre...— Keisuke no terminó de decir nada pues rápidamente Takemichi le tapó la boca, el menor forcejeo un poco con él pero solo se cruzó de brazos ya que le había hecho seña de que no dijera nada.
Takemichi pensó que Mikey se daría cuenta de lo que Keisuke quiso decir pero seguía en su mundo hasta que sus miradas se conectaron.
— Ran, muévete — dijo Mikey tomando un último dorayaki para salir de la cocina con un Ran detrás de él.
Takemichi suspiro, pensó qué les diría algo por el desastre pero no fue así, agradecia a su receta pues los había salvado, gracias dorayakis dijo internamente.
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— Si ya sé...le dire de inmediato — dijo Sanzu mientras colgaba su teléfono.
Había recibido una llamada de su hermano Takeomi, este le dijo que les hiciera una cita con Mikey pues debían debatir ciertas cosas del territorio de Shinjiku el cual era el que ellos controlaban.
A Sanzu no le quedaba más que decirle a su rey.
— Mi rey, traigo noticias de Takeomi — dijo Sanzu quien había entrado a la oficina de Mikey.
