3. Resignacion y juegos

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— Mi rey ¿está seguro de esto? es una simple basura no creo que...

— Si, ahora retírate.

Mikey no dejo terminar a Sanzu, igual este creía que su rey no estaba tomando una buena decisión al conservar a aquel chico, él simplemente quería deshacerse de la basura no deseada pero sus planes fueron frustrados por los hijos de su rey y ahora también viviría con ellos, lo único que iba a cambiar sería que el ya no estaría al pendiente de los mocosos.

Sanzu estaba molesto, pero no podía hacer nada.

Al día siguiente Sanzu se encargaría de darle las nuevas instrucciones a la basura como le gustaba decirle, tenía que ir a la parte trasera de la mansión, ya que por obvias razones donde se veían los temas de bonten estaban en una casa aparte dentro del mismo terreno, pero solamente lo más cercanos a Mikey podrían estar dentro de la mansión principal, los demás quedaban fuera o en la segunda casa.

— Levántate — dijo Sanzu al abrir la puerta donde se encontraba Takemichi, este obedeció al instante — Te trasladaras a la mansión principal, mi rey ya te dijo cuál será tu función desde ahora, no puedes salir solo ni con los hijos del rey, a los mocosos no se les permite venir a esta área, si intentas huir ya sabes lo que te pasara ¿esta claro, basura?

Takemichi estaba procesando todo lo que había dicho el otro, prácticamente era un preso, uno que cuidaría a unos niños, lo peor es que no podía hacer nada para evitarlo.

— Si ya entendí — contesto Takemichi de mala gana.

— Muévete entonces.

Takemichi siguió a Sanzu para por fin ver la luz del día, llevaba varios días encerrado por lo que respirar aire fresco y que le diera un poco el sol era reconfortante, debía admitir que tenían un jardín muy bonito y las casas eran también bonitas por fuera y muy grandes, malditos mafiosos llenos de dinero sucio por eso pueden tener esto, fue lo que pensó.

La segunda casa estaba atrás de la principal y para entrar a la casa principal se debía poner la huella en la puerta y por supuesto la de Sanzu era una de ellas, una vez dentro noto cuan grande era, todo lucía muy costoso, tal vez más de lo que él había ganado en toda su vida, tal vez si tenían razón y su vida era muy patética.

La casa era grande, supuso que le enseñarían dónde estaba cada parte pero no fue así, simplemente subieron unas escaleras grandes para llegar a lo que era un largo pasillo con muchas puertas, seguro eran las habitaciones principales.

— Estas de aquí son las habitaciones de los mocosos — le dijo Sanzu en tono serio — tu estarás con la servidumbre en la parte de atrás de la casa.

Antes de seguir a Sanzu, Takemichi observó una gran puerta, supuso era la habitación del de pelo plateado.

Bajaron nuevamente las escaleras para dirigirse a una puerta que se encuentra atrás de estas, la cual daba a otro pasillo largo para conectar con los cuartos de la gente que se encargaba de la limpieza y la comida, eran cuartos sencillos, pero muchos mejores que su departamento.

— Aquí dormirás — dijo Sanzu señalando la última puerta — ya todos saben quien eres y qué harás, pero ten cuidado porque no tendré piedad si haces algo mal o que no le parezca a mi rey — terminó de decir con una mirada que a Takemichi realmente le causó escalofríos.

Una vez Sanzu desapareció de su vista, entro al cuarto y pensó era algo pequeño pero limpio y funcional, incluso había un pequeño cuarto del baño, también había un cambio de ropa limpio, vaya que generosos fueron pensó...se acostó en la cama boca arriba mirando el techo pues aun no asimilaba en la situación en la que estaba, unas lágrimas comenzaron a salir nuevamente y sin notarlo se fue quedando dormido, después de todo hacía varios días que no dormía en un lugar cómodo.

Niñero en bonten (Mitake/Maitake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora