3. El viaje comienza.

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—¡¿Qué?!.

Kim Seokjin puso los ojos en blanco y soltó un prologando suspiro.

—¿Por qué reaccionas así? Mira el lado bueno, ya no tendrás que trabajar porque tienes los suficientes cuadros para realizar la exhibición —dijo encorvando en sus carnosos labios una pequeña sonrisa.

—Joder, ese no era el plan —protestó el pelinegro lleno de frustración—. Esas pinturas no son para el público ¿cuantas veces debo repetírtelo? Esas pinturas son...

—Personales —terminó la oración el chico de cabellos púrpuras mientras dejaba su asiento y se acercaba a su amigo—. Lo se, pero vamos Jungkook ¿acaso tienes algo mejor? Anda, muéstramelo y en este momento se los llevaré para hacerlos cambiar de opinión, pero espero y sea excelente —colocó sus manos en su cintura mirándole seriamente.

Jeon resopló—. No tengo nada más —replicó y recargo por completo su cuerpo en la silla donde estaba sentando y miró hacia el techo—. Simplemente no puedo pintar otra cosa, es como si él me bloqueara, no lo se... pero ¿qué tal si aparece? Eso sería realmente vergonzoso y puedo ver la demanda tocando la puerta de mi casa.

—Relájate señor estrés, ya te lo dije —tomó el hombro del azabache y le brindó una sonrisa para tranquilizarle—. Ese chico es una creación de tú imaginación, ya que como lo pintas es alguien realmente hermoso, casi irreal, y no hay personas así a diferencia de mi, claro —como toda una diva lanzó hacia atrás cabello inexistente.

Jungkook soltó una risita. Tal vez si, él no existía y solo estaba sintiendo preocupación innecesaria, ahora se encontraba más tranquilo

—Tienes razón ¿entonces está listo todo para el sábado?.

—Si, luego mandaré por los demás cuadros, escoge los que más te gustan y déjalos listos ¿bien? Por hoy terminamos, tengo que ir hacer un banquete para una boda vete a buscar una cita vamos —lo empujo hasta la puerta de su oficina.

—Mira quien lo... —le cerró la puerta en la cara dejándole la última palabra en la lengua—. Idiota, viti i bisquir uni citi —le arrendó de manera infantil mientras se dirigía al ascensor del edificio—. Él ni siquiera tiene citas ¿o si? Aún así, él no tiene el derecho de...

—¿Jeon Jungkook? —una voz femenina resonó en el pasillo vacío y hueco, junto al sonido del tacón de unas zapatillas, la voz era reconocida y por eso el nombrado volteó los ojos—. Que alergia verte de nuevo, tanto tiempo Kookie —la chica de cabello corto y flequillo coloco si mano sobre el hombro del pelinegro con una sonrisa.

—No me toques por favor, aléjate me incomodas —de manera brusca hablo—. Y no me vuelvas a llamar Kookie, Lalisa.

—¿Por qué? ¿Acaso te hace recordar a nosotros hace...?.

Jungkook volteó a mirarle de manera mortífera.

—No vuelvas a decir nosotros, de tan solo escucharlo se me revuelve el estómago —espetó observando el rostro confundió y dolido de la chica—. Pareces una acosadora, solo supérame —el elevador había llegado y las puertas se había abierto, Jeon rápidamente se adentró con las manos dentro de sus bolsillos.

Lalisa se interpuso entre las puerta impidiendo que estas se cerrarán, se presentó frente al chico completamente ofendida, este simplemente le pidió a dios en voz baja que desapareciera a esa loca de su vista.

Destiny┊𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora