—¡Mira! —señalé unas bellas flores en un árbol alto cubierto de luces, debido a que ya era de noche.
—Se llama muguete, o lirios de los valles, es realmente linda —explicó mirándola.
—¡Guau! —exclamé sorprendida— te informaste bien —halagué.
—Lo sé desde que era un niño, siempre veníamos de vacaciones de invierno.
Asentí entendiendo. Seguimos caminando por el parque hasta que él se detuvo para comprar café.
—Gracias —dije en cuanto me tendió un vaso del humeante líquido.
—¿Quieres ver algo realmente hermoso? —preguntó luego de un rato.
—Sí —asentí energéticamente.
Me tomó de la mano y me dirigió hasta un extremo del parque, y poco a poco pude visibilizar la gran pista de hielo, iluminada de una forma tan armoniosa.
—Es hermosa —dije embobada.
—Vamos —me jaló hasta una de las bancas y nos sentamos, de inmediato apareció uno de sus guardias, quien nos dio un par de patines a ambos.
—¿Qué? No, no sé patinar —me negué.
—Yo menos, aprenderemos juntos —se colocó rápidamente los patines y me miró, asentí poco convencida e hice lo mismo.
Entre los dos nos paramos con dificultad y caminamos con un poco de ayuda de los guardias hacia la pista en donde nos dejaron para que lo hagamos solos.
—Si me llego a caer, me levanto y te derribo —amenace agarrándome del barandal.
—Me quedo tranquilo, no creo que logres levantarte —se burló a la vez que intentaba patinar.
Ay, cariño, no sabes con quien te metiste.
Me solté de la baranda con miedo y di una leve patinada temblando de frío hasta estar lo suficientemente cerca de él, y le di un empujón, que provocó que cayera de costado.
—No me subestimes —me reí, a la vez que le tendía la mano, la tomo y me jalo hacia él, haciendo que cayera sobre su cuerpo.
Pegué un leve grito, la gente que ya nos miraba raro nos miró con un poco de burla en sus rostros mientras patinaban.
—Te lo merecías, valent —acusó a la vez que se incorporaba un poco.
—Maldito —bufé.
Nos paramos con dificultad y nos sostuvimos de la baranda.
—Hay que hacerlo bien —dije mirándolo, él asintió y nos tomamos de las manos para luego dar una pequeña patinada, que nos hizo trastabillar.
—Mierda —me quejé.
—Mantén la calma, o caeremos.
—¿Crees que no lo intento?
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Destructivos © [Serie CD #1] |✓| PGP2022
Genç Kız EdebiyatıTERMINADA |✓| [+18] Primer libro de la Serie Crueles decisiones La forma en la que nuestros caminos se cruzaron no fue la mejor, ideal o sana, pero pasó. Al verlo sabía que me dañaría, sabía muy bien que acabaría destruyendo cada parte de mi, pero...