Antes de comenzar a leer esta historia me gustaría aclarar, que tiene contenido sensible. Y también antes de comenzar quería agradecerle a mí mejor amiga Linda, que me apoyó siempre en esto de la escritura y estuvo conmigo siempre, dándome consejos para mejorar.
Gracias.Era un día soleado, Aida estaba jugando en el parque con sus padres a las escondidas.
- Tu cuentas ahora - aclaró riendo aquella niña mientras corría buscando un escondite.
- De acuerdo - dijo su madre mientras tapaba sus ojos y empezaba a contar y su esposo se escondía al igual que su hija. - Uno... dos... tres.... cuatro... cinco.... seis... siete...ocho...nueve...diez... ¡Listos o no ahí voy! - gritó mientras buscaba entre árboles y arbustos.
- Jamás me encontrará - aclaró segura Aida en un susurro mientras reía detrás de un árbol algo alejado de sus padres.
Aquella mujer amarró su cabello castaño ondulado mientras veía a su esposo detrás del arbusto.
- Ahí estás - y le tocó el hombro riendo.
- Oh rayos, ahora debemos encontrar a la pequeña traviesa - y río en una carcajada.
Aida aún seguía escondida riendo mientras veía a sus padres buscarla.
- Hola pequeñita - saludó en un tono de vos bajo un señor junto a una mujer.
- Hola... - dijo algo tímida aún detrás del árbol.
- Que bonita eres cariño... ¿Te gustaría tomar un helado? - preguntó aquella señora.
- Yo... no sé... es que... -
- ¿Qué edad tienes? - interrumpió aquella señora.
- Seis años... - respondió.
- Eres muy bonita... ¿Quieres un helado y luego te llevamos con tus papis? - y acarició su rostro dulcemente.
- Si... - y sonrió de manera tímida. Aquella señora la cargó y junto aquel hombre se subieron a un auto negro y emprendieron el viaje. Viajaron unos cinco minutos hasta pasar por la heladería, pero siguieron de largo. - Señora... ya pasamos la heladería - dijo señalando por la ventana, pero no respondieron. - ¿Señora?... ¿Señor? - el miedo comenzó a invadirla, sus latidos se aceleraron, las lágrimas humedecieron sus ojos y sus manos temblaban levemente.
Luego de unas dos horas de viaje llegaron a una casa, bastante grande para dos personas. Bajaron a Aida a la fuerza ya que ella se rehusaba a ir con ellos. Al entrar a la casa, que estaba en un estado aceptable pero con olor a suciedad miró con miedo a esas personas.
- ¿Qué haremos con esta niña? - preguntó la mujer.
- Ya hablamos eso - aclaró el hombre alto y de cabello canoso.
- Ya sé eso, hablo de ¿Dónde la dejamos? -
- En el sótano - respondió mientras la agarraba del brazo y la llevaba al sótano oscuro, frío y lleno de polvo.
- ¡No! ¡Déjenme! ¡Suélteme! - gritaba mientras se movía y se zamarreaba.
- ¡Cállate, estúpida! - y la empujó al sótano mientras cerraba la puerta.
Aida miro a su alrededor con la poca luz que entraba en una pequeña ventana. Abrazó sus rodillas con un leve polvo y escondió su cabeza entre ellas mientras lloraba.
Mientras tanto en su hogar, sus padres estaban desesperados mientras unos oficiales los interrogaban.
- Entonces, ¿Cuándo fue la última vez que vieron a la niña? -
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Aida
HorrorUna niña, llamada Aida fue secuestrada, vendieron su cuerpo para ganar dinero, sus padres biológicos la encontraron después de mucho tiempo, pero ya no sería la misma niña que conocían. Habla con Eryx, su reflejo dónde le cuenta todo. Eryx la proteg...