CAPÍTULO QUINCE.

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Eryx despertó por una sensación húmeda en su cama, abrió lentamente los ojos y miró a su hermana Eiden, pero al mirarla notó que estaba llena de sangre con un profundo corte en el cuello. Se incorporó rápidamente y la abrazó fuerte para zamarrearla esperando a que despierte, oyó unos pasos, con lágrimas miró a la puerta de su cuarto la cual estaba abierta, los pasos se oían más y más cerca, hasta que en frente de ella se detuvo Aida.

- Buen día – dijo en un tono burlón, con sus ojos bien abiertos y una sonrisa que daba terror, lanzó las cabezas de Eris y Eric hacía  Eryx, ella comenzó a gritar fuertemente mientras Aida solo la miraba con una sonrisa grande en su rostro.

- ¡Hija, hija! – gritó Eric zamarreándola.
Eryx dejó de gritar y miró a su padre que junto a su madre y hermana la miraban con preocupación.

- ¿Qué pasó? – preguntó asustada y alterada.

- Estabas parada en el medio de la habitación, gritando – afirmó Eris acariciando su cabello.

- Oh… lo siento, fue una pesadilla… - aclaró aún alterada.

- Está bien… vuelve a dormir… es de madrugada – ordenó dulcemente su padre mientras besaba su frente y dejaba la habitación junto a su esposa.
Eryx aún con su corazón latiendo rápido se acostó y al cabo de unas horas se durmió de nuevo.

Cuando despertó nuevamente ya era de mañana, estaba a punto de sonar su alarma, así que la desactivó y se preparó para la escuela, era un miércoles nublado, hacía frío, así que buscó unos jeans negros, una blusa de manga larga negra con unos botones en el escote y una sudadera blanca.

- Aida… ¿Crees poder quedarte tú hoy? Estoy cansada – y suspiró algo agotada. – Seguro – respondió en su mente.
Eryx cerró los ojos, dejando que Aida tome el control.

Se preparó el desayuno, un té con pan tostado. Mientras comía su desayuno su madre despertó a Eiden y luego a saludó a Aida con un beso en la mejilla.

- ¿Lograste dormir de nuevo? – y la miró, pero al hacerlo notó algo raro, su mirada estaba apagada y oscura, tenía los ojos rojos, se dio cuenta que no era Eryx, suspiró nerviosa y preparó el desayuno de Eiden.

- Si – respondió a cabo de unos minutos mientras bebía el té.

- Buen día hermana – y la abrazó.

- Quítate, mocosa – y la quitó de su lado para seguir con su desayuno.
Eiden la miró algo triste y asustada, algo no estaba bien con su hermana.

- Ven cariño, ya está listo tu desayuno – aclaró Eris mientras dejaba un vaso de leche y cereales frente a la niña.

Luego de terminar su desayuno se fue a la escuela sin saludar, caminó a un ritmo lento ya que era temprano, al llegar a la escuela notó unos carros de policía, apuró el paso ya que quería saber que estaba pasando, al entrar a la escuela notó que había varios policías rondando por el lugar. Se acercó a Missy quien estaba parada mirando su celular en la puerta del salón.

- Oye, ¿Qué pasó? – preguntó de mala manera.

- Oh… hola Aida, vino un detective a interrogarnos a todos por el asesinato de las chicas – afirmó.

- Ah – respondió sin importancia, se quedó parada junto a Missy mirando como un hombre se llevaba alumno por alumno a la biblioteca para interrogarlos. Mientras los alumnos de último año esperaban a ser interrogados, tuvieron una clase de biología, lengua y matemáticas, cuando terminó la materia de matemáticas los policías fueron a buscar alumno por alumno de último año, Aida espero su turno y mientras lo hacía tenían una corta clase de arte.

AidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora