CAPITULO CINCO.

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DOS AÑOS LUEGO DEL SECUESTRO.

Aida ya tenía ocho años, aún Martha vendía su cuerpo por dinero. Una noche, mientras se bañaba luego de su “trabajo” se miró en el espejo para peinarse y vio como su reflejo le sonrió.

-Hola… no te asustes… soy tu amiga… - aclaró. Aida analizó a aquel reflejo, no era igual a ella. -¿Eres un fantasma?- preguntó con miedo. – No… estoy dentro de tu cabeza… tu puedes verme, soy tu amiga – afirmó. – Te ves más grande que yo… ¿Qué edad tienes? – preguntó – Veinte y cuatro – respondió. - ¿Quién eres? – y se acercó más. – Eryx – y sonrió. – Está bien, soy Aida… - agregó. – Lo se, se todo de ti. – afirmó. - ¿En serio? – y se sorprendió. – Aja… oye… déjame salir cuando estés trabajando así no sufrirás. – ofreció – Pero… ¿Cómo harás eso?- y arqueó una ceja. – Tienes el poder de dejarme salir, ¿Te parece bien? – Aida asintió para recibir una sonrisa por parte de su reflejo.

Salió del baño donde se dirigió a la cocina, al llegar Martha le dio unos panes y agua, así que luego fue a su habitación donde comió y luego se durmió.

Al otro día despertó, desayunó, se bañó y ya tenía trabajo. Antes de entrar a la habitación cerró los ojos, tembló bastante y Eryx salió. Entró a la habitación donde trabajó, solo se quedaba quieta, sonriendo.

-¿Por qué sonríes? – dijo aquel hombre mientras se movía.

-¿Puedo hacerle sexo oral? –

Aquel hombre se detuvo sorprendido por la oferta, se movió hacía un costado y se acostó.

-Adelante – dijo sonriendo de manera pervertida. Eryx se dirigió a su miembro, se lo metió en la boca y rápidamente, sin temor le mordió el pene, tenía una fuerza descomunal en aquella boca tan pequeña. - ¡Detente! – gritó mientras se retorcía. Rápidamente se subió encima de él y lo ahogó con la almohada hasta matarlo. Cuando acabó suspiró, iba a salir de la habitación pero estaba Martha y Robert parados en la puerta, estáticos, con horror en sus ojos . – Creo que lo hice tan bien que murió de placer – dijo en un tono burlón.

-Robert… - logró decir Martha temblando.

-Llévala a bañarse yo me encargó del cuerpo. – afirmó.

Eryx se dirigió al baño donde se duchó al terminar dejó salir a Aida la cual le dijo al espejo.

-Eso está mal – y bajó la mirada – No, se lo merecen – y le guiñó el ojo.
ONCE AÑOS DESPUÉS.

Habían pasado años desde que Aida fue secuestrada y violada por diferentes hombres. Pero en los últimos once años Eryx se encargó de cada uno de ellos, mordiendo su miembro y los mataba ahorcándolos o ahogándolos con la almohada, su fuerza era increíble, así que no le costaba asesinar a un hombre cuando estaba distraído esperando el sexo oral.

A la mañana, Aida se dirigía a la cocina, pero se detuvo detrás de la puerta cuando oyó a Martha hablar con Robert sobre ella.

-Ya no podemos seguir haciendo esto… los está matando a todos – dijo mientras fumaba un cigarrillo estresada.

-Si, la perra está loca – y bebió un sorbo de cerveza.

-Debemos parar… ya no hay más lugar en el patio trasero ni en el sótano para descomponer y esconder los cuerpos… la casa huele a muerto – afirmó.

-Tenemos dinero suficiente, más ahora gracias a ella y a mí que trabajo más, dejemos de venderla y envíala a la escuela para que esté aquí el menos tiempo posible, esa niña me da miedo. –

AidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora