Aida

CAPÍTULO DIEZ Y SIETE

Al otro día Aida despertó de nuevo, confundida, no sabía porque tenía el control. Fue a la cocina donde se preparó un pan tostado con té y a los minutos su madre, padre y hermana entraron.

-Mira cariño, tu madre volvió – anunció Eric.

-Bienvenida – y siguió comiendo su pan.

-Llévame al cuarto – dijo Eris mientras miraba a su esposo.

Aida de curiosa al verlos entrar y cerrar la puerta se acercó rápidamente y escuchó.

-Aida me dejó en la calle… me iba a dejar morir – aclaró la mujer entre lágrimas en un tono bajo.

-¿Qué? No puede ser… -

-Tengo miedo… creo… creo que deberíamos internarla o algo… -

-Traidores… - susurró Aida mientras se alejaba y cerraba los ojos para evitar llorar – Aida… - dijo Eryx en su mente - ¡Esto es tu culpa Eryx, debías protegerme no hacer que me odien! – gritó enojada – Yo no hice nada, tu sola lo provocaste – afirmó ella en su cabeza – Eres una perra, tu y todos – dijo mientras tomaba un cuchillo de la cocina y se dirigía rápidamente al cuarto de sus padres para abrir la puerta enojada.

-¡¿Aida?! ¡Baja el cuchillo! – ordenó Eris.

-Cariño… tranquila… - y Eric trató de calmarla.

-¡No! No… ¡Estuve trece años deseando volver con ustedes y resulta que mis padres prefieren a otra persona antes que a mí! – dijo riendo entre lágrimas.

-Hija… no es verdad… - dijeron ambos al mismo tiempo.

-Oh no me mientan ¡Yo veo todo cuando Eryx toma el control! – afirmó.

-Por favor… Aida… te amamos… - dijo su madre.

-¡Mentira! Amas a Eryx ¡Todos la aman a ella! – y le clavó el cuchillo en el hombro.

-¡No! – gritó su padre y la empujó para sostener a su esposa y cubrir la herida mientras con una mano intentaba llamar a la policía, pero no lo logró ya que Aida le pateó la mano y luego la cara dejándolo mareado y aturdido.

-¡Aida, detente! – ordenó Eryx dentro de su mente - ¡Cállate, esto es tu culpa! ¡Todo es tu culpa! – gritó Aida mientras veía a su mamá arrastrase al celular de su esposo, pero ella le pateó la cara y luego le piso la herida haciéndola gritar - ¿Por qué no me amas? ¿Eh, mamá? ¡¿Por qué no me amas?! –

-Yo te amo con todo mí corazón… - afirmó débil mientras una lágrima caía de sus ojos.

Aida sacó el pie de su hombro y volteó a su padre que aún estaba mareado, lo miró y se subió encima de él para clavarle el cuchillo en el estómago lentamente, luego se lo sacó y se lo clavó rápidamente varias veces en todo el abdomen hasta que sus tripas se salieron.

-¡Aida para por favor!... – imploró Eryx en su cabeza – Ya no me aman… - y volteó a su madre quien horrorizada miraba la escena.

-Por favor… - y la miró con lágrimas y mareada por la pérdida de sangre.

-Preferiste a Eryx… - aclaró mientras se acercaba a ella y la miraba con lágrimas sosteniendo el cuchillo – Déjame decirte algo así puedes morir en paz… Eryx es el “ángel justiciero” – afirmó mientras sonreía de manera torcida.

-No… ¿Tú?... – y rompió en llanto.

-No, no, yo no, Eryx estúpida – reafirmó riendo mientras le clavaba el cuchillo en el pecho.

-Hija…- logró decir mientras la miraba a los ojos y poco a poco dejaba de respirar y el brillo de sus ojos se apagaba.

-Ahora déjame hacer esa alucinación real, Eryx – y rio mientras le sacaba el corazón y luego caminaba a la cocina para dejarlo en la mesada. - ¡Eiden! ¿Dónde estás? – y la buscó por la casa - ¡No, déjala en paz! – ordenó Eryx dentro de su cabeza. – Cierra la boca – dijo mientras se agachaba para ver debajo de la cama y ver a la niña ahí – Hola cariño – y la tomó de los pies para sacarla de ahí.

-¡Acabo de llamar a la policía! – afirmó mientras le mostraba el celular de Eris con una llamada del novecientos once en curso.

-Eres una maldita enana desgraciada – y tomó el celular para lanzarlo contra la pared - ¡Te voy a matar! – y soltó el cuchillo para poner sus manos en su cuello y comenzar a asfixiar a la niña, apretó más y más fuerte hasta que los ojos de la niña se pusieron rojos y su piel violeta, y efectivamente había dejado de respirar. – Perra – dijo y a los segundos unos policías entraron junto al detective Wornors.

-Señorita… - el detective no terminó de hablar que el perro Jack les comenzó a ladrar.

-Oh… tranquilo bebé… - y sonrió – Yo soy inocente – y lo miró

-Señorita… - y nuevamente el detective no terminó su frase.

-¡Yo lo hice! ¡¿Me escuchan?! – y se arrodilló entrelazando sus dedos - ¿Qué van a hacerme, detective? – y fingió llorar.

-No entiendo, ¿Está burlándose de mí? – susurró el detective a un oficial.

-Si, señor – respondió el hombre.

-Queda arrestada – dijo un oficial mientras la esposaba.

-Uy… me gustaría que hubieses sido tu, detective, quien me espose y que lo hagas a una cama – dijo mientras se la llevaban.
Luego de unos días de lo sucedido la enjuiciaron, en el juicio ella se declaró culpable del asesinato de su familia e inocente sobre los otros asesinatos ya que esos los cometió Eryx y no ella.

El juez declaró a Aida inimputable por su condición mental que era trastorno múltiple de la personalidad y esquizofrenia.

Así que fue sentenciada a pasar veinte años en un psiquiátrico de máxima seguridad ya que era muy violenta y muy lista para escaparse.
Tenía alucinaciones constantemente y cuando salía Eryx todo estaba en armonía pero si Aida salía todo era una guerra y violencia.

Aida aunque fue condenada solo veinte años, se quedó toda su vida allí, encerrada en ese psiquiátrico. Ya que nunca dejó de alucinar, no admitía sus trastornos y cada día era más violenta.

Aida murió a los cuarenta y tres años por un infarto mientras dormía.
La gente jamás dejó de llamarla el “ángel justiciero”, muchos la siguen imitando y la siguen apoyando y protestando.
Dominik  está en un psiquiátrico, ya que fue declarado inimputable por su condición mental. Y se declaró culpable del asesinato de su padre.

Al día de hoy, hay una persona que imita los crímenes de Aida o Eryx de una manera perfecta, pero no sé sabe quién es, y jamás se sabrá.

Esta es la historia de mí amiga, quién salvó mí vida, buenas noches, querido diario.

Linda.