CAPÍTULO TRECE.

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Al otro día, despertó por la alarma que puso en su celular e hizo la rutina de que venía haciendo desde que comenzó la escuela.
Luego de que su madre la dejó en la escuela ella se dirigió a su salón y se sentó en su lugar.

-Buen día Missy –

-Hola Aida, ¿Irás al cumpleaños de Amanda? –

-¿Qué? – y la miró confundida.

-Bueno, ella invita gente que es linda nada más, y tú lo eres –

-Oh, entiendo, lo haré para conocer gente –

-Está bien, ten cuidado –

Eryx asintió, las clases fueron como de costumbre, aburridas y muy de vez en cuando interesantes. En uno de los recesos Amanda se acercó a Eryx y le preguntó.

-¿Venderás hoy a mí cumpleaños? Es luego de la escuela –

-Si – y sonrió levemente.

-Genial – y se alejó

Eryx le avisó a su madre que tenía un cumpleaños de una amiga así que iría luego de la escuela.

Al terminar la escuela Eryx se fue con Amanda y su grupo, al llegar a la casa prepararon algunas cosas y a los minutos los invitados comenzaron a llegar.
La fiesta comenzó, era divertida, Eryx tenía en la mira a sus compañeras, Violetta estaba tranquila bebiendo y hablando, Emily parecía estar algo asustada por lo que pasó con la ouija y Amanda se besaba con su novio en la terraza.
Buscó disimuladamente por la casa unos guantes, encontró unos de cocina, se los guardó en el pequeño bolso y con un trapo tomó un cuchillo para guardarlo en su bolso y luego dejar el trapo dónde estaba para luego acercarse a Violetta.

-Vi, ¿me acompañas afuera? –

-Si, ¿Estás bien? –

Eryx asintió y salieron al patio trasero de la casa para esconderse detrás de un árbol.

-Quería decirte que… que me gustas –

-¿Qué? ¿En serio? –

-Si, y quiero mostrarte algo – y se puso los guantes – Es algo genial –

-Ok – y sonrió.

En ese momento Eryx sacó rápidamente el cuchillo y la apuñaló en el estómago y luego en el cuello. Con la sangre hizo su firma en aquel tronco y colocó el cadáver de Violetta contra el árbol como si estuviera sentada y nuevamente guardó el cuchillo y los guantes. Entró a la casa y se dirigió a Amanda.

-Oye, necesito hablar contigo –

-Si vamos – dijo ebria

Ambas se dirigieron detrás de un pequeño muro que había en aquella terraza.

-Debo mostrarte algo súper genial – y se puso los guantes de nuevo algo manchados de sangre, acarició su rostro llevando sus manos a su cuello y poco a poco comenzó a apretar, Amanda estaba tan borracha que no notaba que la estaba ahorcando, ella comenzó a alterarse, sus ojos se estaban yendo hacia arriba y su cara se tornó algo violeta, en ese momento intentó soltarse. – Se siente como que estás volando, pero seguramente estás muriendo – dijo en un tono sarcástico hasta que Amanda dejó de respirar, se aseguró de que estuviera muerta y dejó los guantes y el cuchillo ahí, y se fue sin que nadie la vea. Volvió a su casa temprano y cansada.

-Hola hija, ¿Cómo te fue? –

-Bien, estuvo algo aburrido… ¿Les molesta si me voy a dormir a lo de Dominik? –

-Mmmm…. Está bien… pero tu padre te lleva, ya está oscureciendo –

-Si, vamos amor , prepara tus cosas hija –
Eryx preparó una pequeña mochila con lo que necesitaba y puso en la lavadora aquel bolso que estaba algo manchado de sangre. Se subió al auto y su padre la llevó, en unos minutos habían llegado, se despidieron y ella tocó la puerta.

AidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora