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¿Realmente acabó?
Un sollozo sale de sus labios cuando se da cuenta que Hinata se había ido.
Su garganta hecha un nudo, con el cuerpo tembloroso y sus ojos no dejando de ver ese punto sin nadie.
Se encuentra solo en el parque, sintiendo el viento frío de noviembre acariciar sus mejillas y los faroles alumbrando sobre su cabeza.
Se muerde el labio inferior en un intento de no dejar salir más sonidos lastimeros. Bajando la cabeza, cerrando sus ojos y manos con fuerza, intentado acomodar sus pensamientos.
Y limpiando las lágrimas regadas en sus mejillas, abre los ojos al momento de dar media vuelta e irse por el lado contrario por donde se había ido Hinata.
