¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Todas las miradas puestas sobre él solo hacían que sintiera ganas de vomitar y llorar. Su nueva escuela le daba miedo, no tanto como la anterior, pero si le causaba cierto temor.
-Por favor presentante -la voz de la profesora lo asustó, pero aun así asintió.
-S-soy Hinata Shoyo y tengo 16 años. Por favor cuiden de mí -su voz tembló en toda la oración, así como su cuerpo. Hizo una reverencia, deseando con todas sus fuerzas que la profesora lo mandara a tomar asiento.
Que cuando lo hizo, Hinata casi tropieza al llegar a su banco, por suerte nadie lo notó, bueno, nadie excepto una persona.
-¿Estás bien?
Hinata tuvo miedo de levantar la mirada, estaba avergonzado y el temblor de su cuerpo aún no disminuía. Lo único que logró hacer fue un sonido nasal en afirmación para aquel desconocido, mientras tomaba el asiento.
-No te lastimaste, ¿cierto? -Hinata le miró de reojo y asintió. -Me alegro. Por cierto, me llamo Miya Atsumu.
-Señor Miya, por favor no distraiga a su compañero que estamos iniciando la clase.
La voz de la profesora los asustó a ambos. Atsumu se disculpó y por un momento se quedaron en silencio, escuchando lo que decía la profesora acerca de la materia.
Hinata escribía en su libreta, tratando con toda su fuerza de voluntad de intentar ignorar como el chico al lado de él lo veía de reojo. Eso lo hacía sentir ansioso.
-Bienvenido, Hinata. Espero podamos ser amigos -el susurro de Atsumu lo tomó por sorpresa.
Hinata miró a Atsumu, dándose cuenta de que le estaba regalando una linda sonrisa, que solo causó que se avergonzara un poco más.
Pero por primera vez, no sintió miedo de ser el centro de atención de alguien.
