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Lunes por la mañana. Atsumu apaga su alarma sin muchas ganas, aún con sus ojos rojos e hinchados, se la pasó todo el día de ayer llorando.
Durante todo ese tiempo, alejado de Hinata, en ningún segundo ha dejado de pensar en él. Le ha enviado mensajes, correos y llamadas, pero simplemente fue ignorando, rompiéndolo un poco más.
Se levanta de su cama y se pasa su mano por el rostro, tiene que cambiarse y alistarse para la universidad. Que, aunque sabe que se ve del asco, no es como que pudiera ir a su armario y elegir un nuevo rostro, uno feliz y sonriente. Porque sería demasiado fácil de aquella forma, ¿cierto?
Olvidar todo y fingir que nada había sucedido. Suena fácil, pero realmente no lo es, porque con ello conlleva olvidar aquel primer beso, olvidar aquel estúpido juego, olvidar que se enamoró de Hinata...
Su pecho se oprime de nuevo ante su recuerdo e intenta retener las lágrimas.
Si ese era su fin, al menos ruega por hablar con él una última vez. Saber por qué Hinata no podía sentir lo mismo que él.
