Capitulo 21 : 𝐌𝐢𝐬𝐢𝐨́𝐧 : 𝐂𝐚𝐫𝐭𝐚𝐬 𝐩𝐨𝐫 𝐝𝐢́𝐚

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Navidad  en  rosas

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Navidad  en  rosas

07:15 a.m/Santiago/25 de diciembre

Narrador omnisciente :

Chile se iba despertando pues el y todos (menos el alemán) se habían quedado en la casa del ruso a dormir.

Se levantó y empezó a caminar hacia donde estaba la sala pues había escuchado ruidos,ahí estaban México y Japón.

──¡Hey! Que bueno que despiertas,Chile,¿Te parece si vas abriendo un regalo? ──Dijo el japonés que sabía perfectamente lo que hacía.

──Pero...¿No sería mejor esperar a los demás cabros? ──Chile se empezó a sentar en el piso al igual que Japón y México mientras a limpia las lagañas que se habían generado en la noche.

──Bueno...quizás si sería buena ide- ──El japonés tapó la boca del mexicano.

──No,abre este regalo,te prometo que es buena idea ──Dijo Japón con unas sonrisa mientras le extendía un regalo algo pequeño.

──¿Está bien? ──Chile empezó a revisar el regalo en el cual no tenía de quién era,eso le dió una clara señal de quién era...¿Podría ser la persona que le mandaba las cartas? De hecho ahora que revisaba la letra... Le recordaba a la letra de alguien pero no lograba recordar de quién....

Empezó a abrir el regalo y se dió cuenta que no venía un regalo en sí... Venían unas cuantas cartas,era claro que el había estado en esa fiesta,quizás e incluso seguía ahí,y todos los que estaba ahí eran cercanos a él.

Se pusó algo feliz por por fin saber quién sería pero a la vez le daba algo de miedo que saber quién era cambiará todo de un momento a otro,la confesión de unos sentimientos a un amigo tan cercano casi siempre cambia todo,es por eso que la mayoría prefiere no confesarse,¿No es así?.

──¿Que dice? ──Preguntó el japonés quien aún seguía tapando la boca del mexicano.

Aunque esté le estuviera lamiendo la mano para que quitara su mano e incluso mordiendo levemente,el japonés no iba a quitar su mano,era realmente incómodo pero sabía que tenía que tener todo controlado.

Su amigo le había pedido ayuda y el se la iba a brindar,sin importar que,el ayudaría al alemán al por fin final de todo ese plan que armó.

──Pues vienen cartas... ──Dijo el chileno sacando tres cartas.

──¿Y porque no las lees? ──Propuso el japonés. ──Claro que no es necesario leerlas en voz alta pero mínimo deberías leerlas,¿No crees?

𝐓𝐢𝐞𝐫𝐧𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐚𝐦𝐚́𝐧𝐝𝐨𝐭𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora