capítulo 11

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A la mañana siguiente, Jiang se despertó muy temprano, miró a Xichen a su lado y sonrió con felicidad.

Cuando sus pies tocaron el suelo un espantoso dolor recorrió todo su cuerpo, estaba jodido, no podría caminar hoy, todo era culpa de ese tonto emperador que simplemente cumplió lo que quería durante esa noche.

Mirando a todos lado, el hermoso anillo violeta llamo su atención. Sin importarle las molestias volvió a ponerse de pie y se acerco a la mesa donde reposaba el anillo.
Lo tomo entre sus dedos y sonrió fascinado ante la bella joya, sin saber que un recién levantado Xichen lo observado con una amplia sonrisa en su rostro.

Sin hacer mucho ruido se levantó y al estar cerca del menor rodeo su cintura, abrazándolo con suavidad. Jiang ante la interrupción se sobresalto y giro su rostro, encontrando con los orbes dorados que empezaba a amar.

—¿Es hermosos verdad? —Preguntó el Lan.

—Lo es ¿es para alguien?

Xichen asiento mientras besaba la mejilla del doncel en sus brazos.
El menor con una ligera mueca volvió a preguntar.

—¿A quién le pertenece esta bella joya?

—Le pertenece a alguien muy hermoso.

—Seguro a la emperatriz le gustará.

—No es para la emperatriz, esta joya ya tiene dueño, pero aun le faltan algunos toques y podrá ir a sus manos.

Jiang cheng sonrío y dejo el anillo sobre la mesa.

Ambos enamorados pasaron toda el rato juntos, cuando llegó la hora del desayuno, Lan Xichen mandó a traer unos deliciosos manjares solamente para el doncel.

—Esta vez MingJue realmente cumplió con las órdenes que le di.

—¿Qué le ordenaste?

—Que nadie aparte de ti entrara a mis aposentos y que trajera algo delicioso para ti.

Dijo con una sonrisa mientras el Jiang lo miraba con atención.

—MingJue aparte de ser un general es mi mejor amigo, siempre a estado conmigo en todos los momentos, incluso cuando Rusong nació antes de tiempo, Ming… — sus palabras quedaron a medias ya que el doncel había puesto una fruta en su boca.

—Su majestad, ahora yo también seré su amigo y leal compañero. Basta de mencionar a su general.

El Lan dejó escapar una ligera risa y abrazo al doncel.

—¿Acaso estás celoso de MingJue?

—Yo nunca dije eso.

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En la cocina y el harén los sirvientes no dejaban de hablar del doncel que estaba en los aposentos de su majestad.

—Ese Jiang cheng, que suerte tiene, se le metió por los ojos a su majestad

Hablo una de las sirvientas en la cocina. Wei WuXian al escuchar eso dejó a su esposo atrás y se acerco.

—Por supuesto que Jiang  cheng tiene suerte, está siendo educado por su alteza el príncipe Lan. Todos aquellos que ganen el cariño de su alteza tiene buenos privilegios, ahora en lugar de estar hablando a las espaldas de alguien ponte a trabajar.
Demando el doncel mayor, la mujer rápidamente obedeció y se retiro.

—Lan Zhan, debemos apresurarnos y llevar esta comida a los aposentos de tu hermano.

—Mnh.

Ambos se encaminaron al Hanshi con dos fuentes llenas de comida.

El esclavo de Yunmeng (Finalizada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora