Haber nacido como un ser capaz de llevar vida dentro suyo no era algo que Jiang Cheng hubiese deseado. Como heredero al trono del pacífico reino de Yunmeng desde nacimiento -antes de saber su tragedia- Jiang Cheng había cumplido los caprichos de sus...
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En los aposentos de Wen Su, esta le entregaba un frasco a Jin Guangyao.
—Si quieres deshacerte de ambos solo hazlo, si te encuentran ya no es mi problema, y si me incriminas juro que te mataré con mis propias manos —amenazó con seriedad.
—No diga eso su alteza, nada de eso pasará, seré responsable de todo.
—Bien, ahora lárgate.
El Jin se retiro seguido de su sirviente más leal.
—Su alteza, ¿esta seguro de eso?.
—Su She, si ese hijo nace, Jiang WanYin seguirá teniendo poder, así que debemos actuar rápido, y con esto, será como matar dos pájaros de un tiro.
Su She asintió y tomó el frasco en sus manos.
—Ahora dale algo de dinero a cualquier criada y ordena que pongan esto en su comida.
El sirviente obedeció se apresuró rápidamente a ir a la cocina.
—Mami, ¿puedo ir a ver al hermano Jiang? — Interrumpió Rusong.
Jin guangyao tomó a su hijo por sus hombros y lo sacudió con fuerza.
—¡Jin Rusong! Olvídate de Jiang WanYin, no es tu amigo!.
El infante lo miro con los ojos cristalizados y en ese momento el Jin entendió que asustó a su hijo, por lo que lo abrazó pidiéndole disculpas.
. . . ᘛ .𖥸. ᘚ. . .
En la cocina Su She detuvo a un criada que tenía comida en sus manos.
—¿Para quien es esto?
—Joven Su, esto lo ordenó su majestad para noble consorte imperial Jiang.
Su She sonrió con cinismo.
—Tengo un trabajo para ti.
El hombre le explicó detalladamente a la sirvienta, aunque la mujer tenía miedo, aceptó por dinero y por miedo a ser castigada.
Así que con todo el temor fue a la residencia del emperador llevando el plato donde vertieron el frasco.
Cuando llegó un "adelante" se pudo escuchar.
—Deja todo ahí y retírate.
La doncella obedeció y vio al rostro a Jiang WanYin, quien mantenía una suave sonrisa.
Pobre hombre.
Sin más más retiro.
—Déjame probar A-Cheng.
—Claro que no, es mío.
—Pero lo pedí para mí.
—Lan Xichen, el que tiene un bebé soy yo, búscate el tuyo.
