capítulo 24.

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La preocupación en el rostro del menor era muy notoria, sujetaba la mano del emperador como si su vida dependiera de ella.

—Lan Huan, el bebé —murmuró con preocupación.

Lan Xichen lo miró con sorpresa sin saber como reaccionar. Su bebé, su hijo y el de su WanYin estaba a punto de nacer, sería testigo del nacimiento de su segundo príncipe.

Con una sonrisa en el rostro tomó en brazos al Jiang.

—¡Huaisang! ¡Wei WuXian!

Ambos donceles entraron rápidamente al ser llamados llevándose la sorpresa de ver al Jiang en ese estado.

—Su majestad... Jiang WanYin

—Vayan a informarle a Wen Qing ¡Ahora!

Sin decir más se retiraron apresurados en busca de la médico mientras WanYin era llevado hacia el interior de sus aposentos.

Fue dejado con cuidado sobre la cama mientras A-Qing, quien había llegado anteriormente, acomodaba las almohadas a un lado del doncel.

No había pasado mucho tiempo para que la doctora finalmente llegará, ordenando a que todos los presentes a que se retiraran a excepción de dos sirvientes a su servicio y A-Qing.

Dejando aún más angustiado al emperador al no saber que es lo que iba a ocurrir dentro de la habitación.

  .  .  . ᘛ .𖥸. ᘚ.  .  .    

Cuándo los rumores en el palacio y dentro del harén corrieron hasta el punto de llegar a los oídos de Qiren y su hija.

El susodicho rápidamente dejó lo que hacia y se presentó dentro del harén para averiguar que era lo que sucedía en realidad.

—¿Escucharon?... Jiang WanYin finalmente dará a luz a su hijo. Algunas sirvientas dicen que la residencia de Madame Jiang está hecha un caos

Murmuró una de las concubinas con gestos de desagrado.

—Ese Jiang WanYin, tenía la atención de su majestad sin siquiera tener un hijo, ahora que el nuevo príncipe va a nacer nisiquiera volteara a vernos, y pobre de la emperatriz....

— La emperatriz Jin es tan lamentable, como es posible que se haya dejado vencer por un simple concubino y ahora más con su hijo, Jiang WanYin tendrá más aires de superioridad.

Resoplo molesta e indignada.

Lan Qiren quien escuchaba las palabras con desaprobación, ingreso callando a todas las mujeres dentro del lugar.

Quienes al ver ingresar al príncipe mayor, formaron una fila haciendo una reverencia

—En lugar de hablar a las espaldas de alguien como Madame Jiang deberían estar haciendo su trabajo...  No se les olvide que son concubinas y esclavas que tiene mucho por hacer. Disfruten el poco tiempo que les queda en este palacio

—Su alteza...

Una mirada de Qiren fue capaz de hacer que la mujer retrocediera y pensara bien en sus palabras.

—No quiero escuchar habladurías de ninguna de ustedes, mujeres insolentes — resopló. — la próxima vez que escuche a alguien hablar sobre algo que no les importe serán castigadas.

Todas y cada una de ellas se arrodillaron ante el príncipe pidiendo perdón por su falta.

Pero de igual forma, todas fueron ignoradas por el mayor Lan que no perdió el tiempo en ir a la residencia de WanYin antes de pasar un segundo más en ese lugar.

El esclavo de Yunmeng (Finalizada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora