Extra 2.3

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Pasaron unos días más antes de que Sungchan volviera a encontrarse con Woonggi. Mientras tanto, trató de sacar adelante su apretada agenda para poder tener el día libre de alguna manera. Después de haber desocupado un día para Woonggi a duras penas, también se esforzó por planificar un día perfecto.

Cuando le pidió un consejo a Doah, que tenía un sobrino de una edad similar, ésta se asomó sin querer a la ventana. No había señales de que el mundo se estuviera acabando. Estaba confundida, pero lo aconsejó con sinceridad. Hasta que finalmente llegó el día.

—Sungchan, ¿qué pasa con tus ojos?

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—Sungchan, ¿qué pasa con tus ojos?

Shotaro, que visitó la mansión de Sungchan como había prometido anteriormente, abrió mucho los ojos y lo miró sorprendido. Sungchan respondió con vergüenza.

—Estoy un poco cansado, es que no podía dormir.

—Ya lo creo.

Sus ojos rojos representaban claramente su falta de sueño y la fatiga acumulada. Shotaro, que hablaba juguetonamente, no tardó en añadir en voz baja.

—No seas tan impaciente, tenemos mucho tiempo.

Tras decir eso, bajó la mirada. Esta vez, Woonggi estaba pegado a la pierna de Shotaro.

—Hey, Woonggi.

Dijo Shotaro cariñosamente, lo agarró por el hombro y tiró de él hacia delante.

Hoy Woonggi llevaba un traje de marinero y unos pantalones cortos, también se había puesto el nuevo sombrero de paja que le había comprado su abuela el día anterior. Woonggi, que se vio en el espejo por la mañana, estaba muy contento, diciendo que se parecía a un personaje de dibujos animados que había visto en la televisión recientemente. Por supuesto, el único parecido con el personaje principal era el sombrero de paja, pero como Woonggi era tan lindo, Shotaro le contestó varias veces que tenía razón.

—Lindo, ¿no?.

Shotaro, que empujó suavemente al niño delante de Sungchan, no pudo contener su orgullo y derramó besos en la mejilla de Woonggi. Woonggi, que estaba familiarizado con ese comportamiento, sonrió y retorció su cuerpo debido a las cosquillas, pero no se opuso a que Shotaro le mostrara su afecto de esa manera.

Sungchan se limitó a observarlos en silencio. Shotaro, que apretó sus labios contra la mejilla del niño con un último beso, levantó la cabeza. Inmediatamente se encontró con los ojos de Sungchan.

—Woonggi.

Shotaro abrió la boca.

—Saluda, es Jeong Sungchan ¿lo recuerdas?. Nos visitó hace algunos días.

Woonggi levantó la vista, pero el rostro de Sungchan estaba muy arriba, y el sombrero de Woonggi era tan grande que cuando levantó la cabeza, le tapó la nariz. Shotaro sonrió y retiró el sombrero para ampliar el campo de visión de Woonggi. Entonces, Sungchan se inclinó sobre una rodilla frente a Woonggi.

Irreplaceable light bulb - Sungtaro [Adaptación] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora