Parte 22

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Cerca del teatro Juárez.

Normand. - Te sientes extraño, yo lo sé. Se te nota a leguas. No te preocupes, no se te ve la cara. Además, quien te vea pensará que eres alguien que trabaja en el teatro, o algo así. No le des mucha importancia, así que bien puedes pasar inadvertido.

Israel. - Es que caminar por estas calles, sin que nadie me detenga para preguntarme nada... Tal parece que aquí nadie me conoce.

Normand. - Por eso me encanta esta ciudad. Aquí puedes encontrarte con muchas sorpresas. Y una de ellas es la persona que vamos a visitar muy pronto. Es un viejo que nos puede ayudar a resolver algunas dudas que tenemos. Ese viejo es familiar de la chica que nos espera aquí adelante.

Israel. - ¿Y qué tiene de especial ese viejo? Para haber venido a buscarlo desde tan lejos, debe de ser alguien realmente útil.

Normand. - Su edad es lo que lo hace útil. Es más viejo que cualquiera en este país, o en muchos otros, me atrevería a asegurar. Y se ve mejor que cualquiera que en condiciones "normales", pase de los 80.

Israel. - Un mutado bendecido con la eterna juventud. ¿Me equivoco?

Normand. - No tanto como eso. En realidad, le queda poco tiempo, y él bien lo sabe. Bueno, relativo con su proceso de envejecimiento, claro. Va a morir algún día, pero ten por seguro que nosotros no iremos antes, mucho antes que él. A menos que algo provoque lo contrario...

Israel. - ¿Ese es el teatro? Es una verdadera joya.

Normand. - Bien conservado, ¿verdad? Mira, allá están Gloria y Gustavo. No te preocupes por nada, ellos entenderán aún sin preguntar. Solo trata de mantenerte tranquilo. Disfruta de la vista, del ambiente.

Gloria. - ¡Hola! ¡Pero qué sorpresota tan grande! Mírate, si pareces otro.

Gustavo. - Hola Normand. Es bueno verte por aquí.

Normand. - Gracias, gracias. Se ven muy bien. Ustedes son los que parecen otros. Si siguen creciendo no van a caber en sus casas.

Israel. - Discúlpame que te interrumpa amigo. Creo que quieres ver esto...

Israel señala hacia una de las columnas del teatro. Normand ve los signos que están dibujados en ella. Alguien acababa de pasar por ahí y les dejó el mensaje usando los signos que los miembros de la FOT crearon. Gloria y Gustavo no sabían que era lo que pasaba. Normand entendió de inmediato el mensaje y se lo comunicó al SH.

Normand. - ¡Quédate aquí! Vienen por ti Gustavo. Ya saben que ellos están con nosotros. Será mejor que me aleje para ponerlos a salvo.

Israel. - Lo que sea que tengas pensado hacer, tendrá que ser ahora. Ya están aquí. ¡Váyanse pronto!

*. - "Soy solo yo"

La voz se escuchó detrás de Israel. Una voz que llegó acompañada de un fuerte abrazo y de un gran salto que terminó en los pies del mimo. La gente pensó por un segundo que todo era parte del espectáculo, hasta que vieron al ser color naranja partir en dos a la chica que pasaba el viejo sombrero. La sangre que brotó de su interior, envolvió en el aire a las pocas monedas que caían esparcidas por el piso. El caos terminaba con la paz que era característica de aquel lugar. Israel era levantado en vilo y azotado una y otra vez contra las columnas del teatro. Normand había logrado escapar con sus amigos. Una vez retirados, ya en lugar a salvo, Normand decidió regresar en ayuda de Israel.

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