Parte 6

22 2 2
                                    

Refugio de la FOT.

Austria, Viena.

En un cuadrado semejante al de un tablero de ajedrez, se lleva a cabo una sesión de entrenamiento. A las orillas del cuadrado, se ven descansando armas blancas hechas de madera y metales ligeros. En las esquinas, se ven las columnas de piedra con incrustaciones de puntas que giran sin cesar. Frente al cuadrado, en los grandes ventanales los curiosos observan como solo un hombre puede ser capaz de enfrentarse a media docena, sin sufrir ningún rasguño.

Remy está entrenando a un reducido grupo de agentes. Sus movimientos son como una danza en la que cada músculo juega su propio papel. Como si cada uno de ellos tuviera vida propia. Se mueven en tal sincronía que no cabe la posibilidad de error. Y si así fuera, sería un error muy doloroso. Remy es atacado por dos agentes a la vez; saben que, aunque se trate de un entrenamiento, no son superiores a la destreza con la que van a ser golpeados. Y claro que su error es precisamente tener en la mente la palabra "entrenamiento". Remy se los hace saber cuándo los ve caer en el acero. Su cabello largo no le estorba, al contrario. Parece bailar al ritmo que él le marca. Su altura lo hace ver imponente ante sus rivales. Y su forma de mirar, encierra muchos misterios que nadie se atreverá a descubrir. Posee una fuerza que puede derretir el fuego.

Desde la entrada le llaman, toma una toalla y se seca el sudor. Sus agentes continúan con la rutina. Él los mira de reojo y mueve la cabeza en tono de negación. Cree que no hay nadie que pueda tener sus habilidades. Tira la toalla y corre al ver el monitor de urgente que está emitiendo señales hacia la pantalla plegatoria. Está de pie y no da crédito a lo que presencia. Las formas no son del todo agradables, mucho menos la imagen del cuerpo de uno de sus hombres. Los agentes que estaban entrenando están ahora detrás de él y saben que ese agente que se ve muerto podría ser cualquiera de ellos. Remy lo nota, toma el IP. Sus agentes tienen la orden de alistarse de inmediato.

Remy.- Alison, ¿qué es lo que está pasando? Veo a uno de mis hombres en un charco de sangre. No sé si está vivo todavía. Su transmisión llegó al canal de urgencias y después se esfumó. Tengo todo grabado. En estos momentos te lo estoy enviando.

Alison.- Es el conjunto de naves industriales. Pero esos seres, ¿qué es lo que tienen? No entiendo Remy, voy en este momento para allá. Ahí se encuentra Elijah. Hay que buscarla.

Remy.- Te alcanzo en unos minutos, pero no ahí. Te mando las coordenadas. No vayas sola, ve con dos agentes más.

Remy sabe que es arriesgado lo que va a hacer. Pero no había visto en tal estado a ninguno de sus hombres. Sabe también que el peligro es grande y que lo que hay detrás de esas imágenes sobrepasa todo lo que antes haya vivido. Sale con mucha decisión, preparado para lo que se presente. Con muchas interrogantes en su cabeza. Espera que Bryan esté vivo. Y sus demás agentes. ¿Que habrá sido de ellos? La muerte no estaba dentro de ningún pensamiento, desde hace años. Si alguien fue capaz de matar, sería por razones demasiado poderosas. ¿Pero quién?

Remy está dándole vueltas al problema. Se da cuenta, a pesar de todo, de que la posibilidad de morir está ahora presente.

Alison ya casi llega al lugar de reunión. Los agentes Simon y Deuce están atentos a todo movimiento, están enterados de lo que cerca de ahí ocurrió. Deuce se da cuenta de que fueron seguidos y se lo informa a Alison. Alison lo sabía, pero no podía hacer más. Coloca su vehículo cerca de un tercer piso, directamente frente al de Simon. Este se encontraba en el edificio de enfrente, también junto a un tercer piso.

Alison.- Prepara el cañón de plasma Simón. No des vuelta, cuando te dé la señal disparas hacia mí. Deuce, al momento del disparo rodeas y te aseguras de que Remy no se acerque. Hasta que todo esté tranquilo.

2041Donde viven las historias. Descúbrelo ahora