HEART RULES

25| HABLEMOS

MINERVA________________________________

Los ojos me ardían de tanto llorar. Justo cuando creía que no tenía nada más que sacar las lágrimas me llevaban la contraria, tanto así que creí que un diluvio inundaría mi auto.

Había salido casi que corriendo de la casa campo de Joey después de la discusión que había tenido con Tony y agradecí mentalmente que él hubiera traído su propio auto.

Era tan masoquista que seguro me hubiera quedado a transportarlo después de lo que me había dicho.

Lo que me había dicho, recordé, me dolió como no creí que me dolería.

De alguna manera había acabado de descubrir que ese amor que nunca creí volver a presenciar después del amor que mis padres se tenían aún existía, y que ese amor era Tony.

Había sido un descubrimiento bueno y malo a partes iguales.

Detuve el auto a la orilla de la carretera y me baje a tomar un poco de aire fresco.

Llevaba conduciendo poco más de una hora y solo quedaban unos kilómetros para llegar a la ciudad, pero necesitaba pensar antes de seguir conduciendo. Pensar y calmarme.

Si supe desde el primer beso en aquel callejón que las cosas no iban a seguir siendo como antes, en este segundo beso muchísimo menos.

Él había dicho que no quería volver a verme y eso me dolió en el alma. Fue como una estocada en el momento más inesperado.

Si, la discusión había estado fuerte, pero nunca me espere que el saliera con eso. Me recosté sobre uno de los laterales del auto y me senté en el asfalto caliente debajo de mi pero eso era lo de menos.

¿Cómo iba a saber que las cosas dieran un giro de esa manera? ¿Qué haría ahora? Me encantaría desahogarme con alguien... oh no, ¡esperen! ¡Me acabo de pelear con mi mejor amigo! ¡Maldición!
"Kc ", pensé.

Sí, no es mi mejor amiga pero se acerca mucho a eso. Me subí rápidamente al auto y acelere hasta llegar a la ciudad.

*****

―Bueno, ahora sí cuéntame la verdadera razón por la que estás aquí ―dijo Kc después de que le contara como había ido la boda― Te conozco y sé que algo te pasa...

―Tony me beso ―solté de golpe.

―¿Queeeee? ―respondió desacomodándose de golpe de su posición en el sofá.

―Que me beso...

―¡Eso lo escuche! ―replico― Mierda, ¿en serio?

―Si... y no fue la primera vez...

―¿¿Qué??

―Que no fue la...

―¡Te escuche! ―interrumpió sorprendida― Oh Dios mío Mía, ¿Por qué no me lo habías dicho?

―Porque no creí que se repetiría ―respondí― Además, esa primera vez fue una distracción, no fue un beso real

―¡Claro que fue real! Hubo intercambio de saliva así que fue un beso...

―Ya deja así, en todo caso fue diferente en esta ocasión. Y ni siquiera le devolví el beso... ―repuse ganándome una mirada incrédula de su parte― Esta bien le devolví el beso y ahora no me habla.

―¿Cómo que no te habla?

―Me dijo que no me quería volver a ver, según él le arruinare el matrimonio ―suspire pesadamente y me tire a su lado en el sofá quitándole el balde de helado de vainilla.