36 | ENFERMA

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MINERVA

Turquía era frio en esta época del año. El viaje había sido tranquilo en su mayoría y al llegar una camioneta nos esperaba.

Según lo que Tony me había dicho, el organizador siempre disponía de una casa en la cual él y su familia se hospedaba, Kc y yo también estaríamos allí.

Uno, dos, tres, cuatro, cuatro... cua... ¡cinco estornudos seguidos! Todos se giraron y clavaron sus ojos en mi pero solo los de Tony demostraban más preocupación que los de los demás.

Morgan chillo y solo entonces quito su mirada de mi para ponerla en su hija. Saque otro pañuelo desechable y limpie mi nariz mientras cruzábamos la puerta de la enorme casa.

Durante las próximas semanas iba a estar en esta casa con mi "amigo-amante" y su esposa compartiendo techo. ¡Vaya lio!, pensé mientras con mis ojos recorría el lugar.

La casa tenía dos pisos, era elegante y con un peculiar toque de antigüedad. Potts me indico que mi habitación quedaría en el segundo piso junto a la de Kc y Morgan, y la de ella y Tony quedaba en el primer piso al igual que la cocina, la sala principal, el comedor y la biblioteca.

Todas las maletas tocaron el piso de la sala y otro estornudo llamo la atención de los demás.

—Mia, ¿te sientes bien? –Kc me examino con la mirada.

—Si. Solo fue un estornudo –hable quitándole importancia.

—Pues yo no lo creo así, -intervino Potts- Te ves mal.

—Seguro el invierno te agudizo el resfriado Mia –repuso Tony mirándome- Deberías descansar.

—No me caería mal –asegure. En realidad, me sentía peor de lo que estaba antes de tomar el vuelo.

Me sentía congestionada y con escalofrió. Kc engancho su brazo a mí y siguiendo a Tony entramos a la habitación. Tony miro con alerta a Kc cuando en medio de mi desvariacion le atine un beso en la comisura de sus labios, pero entendió que Kc ya estaba enterada de todo cuando esta le sonrió.

—¡Dios mío! ¿Así de mal me veo? –exclame a pasar frente al espejo. Tenía la nariz roja y los ojos hinchados y cristalizados. Un aspecto deplorable.

—Creo que exageras Mia, no te ves mal –aseguro Tony mientras me ayudaba a recostar en la cama.

—¡Awn! –ronroneo Kc con picardía logrando que Tony sonriera, la fulmine con la miradaDeja la apatía prima, mejor tomate esto –hablo poniendo una pastilla en mi mano y ofreciéndome un vaso de agua.

Sin oponerme lo recibí y me arrellané en la cómoda almohada sintiendo como se me cerraban los ojos. Tony me miro y sonrió de medio lado justo antes de que me sumiera en un sueño profundo.

*****

Abrí los ojos y la luz me irrito. La cabeza me quería estallar y la garganta me pedía con urgencia líquido. Me senté en la cama y la habitación daba vueltas mareándome, encontré la jarra de agua en el peinador y con dificultad caminé hasta allí. Tomé el vaso y serví un poco de agua pero esta se me resbalo y cayó al suelo haciendo un gran estruendo.

—¡Mia! ¿Estás bien? –Tony llego rápidamente y se puso a mi lado.

Asentí, pero al perder el equilibrio y agarrarme con fuerza a su brazo dejé en entrevisto todo lo contrario, no estaba nada bien. Tony me levanto en sus brazos y me recostó de nuevo.

—Está ardiendo en fiebre –identifique la voz de Kc.

—Papi,... ¿tía Mia está enferma? –la dulce voz de la niña llego a mis oídos.

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