Donde Jungkook es un exitoso, pero infeliz hombre casado. Este mismo vive asegurando que todo lo que ha pasado hasta el momento en su vida, lo tenia merecido. Pero de una extraña manera volverá a reencontrarse con la persona que una vez lo hizo feli...
"El destino fue conocerte. Pero no tenerte, cruel realidad.
Si alguien está destinado a estar contigo, te la reencontraras tarde o temprano y tal vez puedan por fin estar juntos".
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Una hermosa y fría noche era testigo de cómo poco a poco un hombre perdía la esperanza de algún día ser feliz.
Se cuestionaba una y otra vez cómo dejó que esto pasará. El porqué hizo sufrir a la persona que más amo en su vida y ahora está viviendo una cruel condena.
"Sin tener a la persona por la cual su corazón y cuerpo pide a gritos".
Jungkook a sus 27 años, es un hombre influyente y presidente de una de las más grandes cadenas de hoteles.
Con un matrimonio de 5 años, que según para vista del público era "Perfecto" y con una preciosa hija de 5 años, que era conciderada por sus "Amistades" el fruto del amor del matrimonio.
Y eso no podía ser más falso.
Jungkook no amaba a su esposa, nisiquiera había tenido una relación de noviazgo con ella ni de amistad o de algo por el estilo, él la odia. Pero más que nada se odiaba él mismo, se odiaba al recordar los hermosos ojos de su amado en el momento de haberle contado de su infidelidad.
El recordar como los ojos de éste, se llenaban de lagrimas y como poco a poco su mirada perdía su brillo. Eso solo lastimaba más su dañado corazón.
Cuando le dedico esa sonrisa rota, mientras ambos se enteraban que fruto de su engaño sería padre, eso terminó de descartar cualquier segunda oportunidad. Dando fin a lo que una día fue su felicidad, su todo.
Una día como este termino una hermosa relación llena de amor y promesas rotas que dolían al recordar. Como aquellas sonrisas y miradas que no volverán y lo único que tenia de esa antigua relación era los recuerdos de algo que en su momento se llamó "amor y felicidad".
Con gran pesar dejó de pensar en aquel chico que nunca dejó su mente y comenzó a recoger sus cosas para volver donde según estaba su "hogar".
Rió con ironía.
Un lugar donde no eres feliz y solo había discusiones no puede llamarse hogar, y lo peor de eso era que había una niña pequeña e inocente por en medio. Ella no tenía la culpa de sus errores, pero ella era lo único que lo mantenía cuerdo en ese gran infierno que vivía.
