La magia de nuestro enlace ( Camilo Madrigal x Lector)

1.

La melena ondulada del joven se abría paso a través de la multitud con paso ligero y ajetreado mientras intercambiaba saludos de izquierda a derecha, era difícil que en un pueblo como aquel no se conocieran entre todos, quien no era tu vecino conocía a alguien de tu familia, pero el adolescente no tenía tiempo de pararse para charlar.

 -  ¿Ayudando a tu abuela, ___? - Preguntó alguien desde el puesto de frutas.

  -Así es, Jorge. - Contestó sonriendo señalando con los ojos la cesta llenas de telas para su abuela.

En este despiste para contestar al frutero quito la atención del camino provocando que se chocará con quien venía en su dirección, las telas acabaron en el suelo pero ____ se apresuró a extender su mano hacía la mujer que, a su vez, había caído al suelo.

  - Lo lamento, Marta, no la ví, no prestaba atención al camino.

Pero al tomar su mano está cambió entre las suyas, se trataba de uno de los jóvenes Madrigal.

 - Pues deberías, o a la próxima perderás todas tus cosas. - Rió Camilo mientras volvía a                  arrodillarse para recoger las telas.

___ quién a pesar de no haber visto a Camilo en un par de años también se arrodilló y volvió a apilar las telas en la cesta con total naturalidad, escondiendo la sorpresa de tenerle enfrente.

-  ¿Son para tu abuela? - Preguntó Camilo sonriendo tendiendo el último pedazo de tela      estampada.

  - Sí, dice que quiere confeccionarse un nuevo vestido.- ___ se mantuvo en silencio mirando al mágico adolescente - Hacía mucho que no te veía, Camilo.

 - Lo sé, he estado ocupado, bueno, me imagino que tu igual ¿no?

___ asintió, el ambiente había cambiado entre los dos, parecía que se habían dado cuenta de cuánto hacía que no hablaban y lo mucho que realmente se habían extrañado, a fin de cuenta habían sido muy cercanos cuando eran niños.

Parecía que Camilo iba a decir algo más pero la voz de su madre la llamó desde el otro lado de la calle.

  - Nos vemos pronto, Camilo.

 - ¿Mh? ¡Ah, sí! Adiós, ___, fue bueno verte.

  - Igualmente.

___ continuó por su camino hacia la casa de su abuela mientras que su amigo de la infancia se reunió con su familia.

 - ¿Ese era ___? - Preguntó Pepa a su hijo quién solo asintió sin demostrar ganas de                      seguir hablando del tema

                                                               · · · · · · · · · · · · ·

 - ¡Que lindos estampados! Voy a hacer unos vestidos preciosos, muchas gracias, mi vida, si hay alguna que te guste te puedo hacer una camisa con ellas - dijo la abuela de ___ con las telas en su falda. - Oh, esta te sentaría bien. - Levantó una de color azul al rostro de su nieto descubriendo su expresión pensativa. - ____-, ¿estas bien? ¿Has enfermado?

-¿Huh? Ah, sí, abuela, estoy bien, no te preocupes. - aclaró tomando las arrugadas manos de su abuela.

-Pero hay algo que te ronda por la cabeza, a mi no me puedes engañar, jovencito.

-Me encontré con Camilo por el camino.

-¿Camilo Madrigal? ¿De cabellos rizados? ¿El muchachito con el que siempre estabas?

-Ajá. - suspiró.

-¿Y cuál es el problema, no es tu amigo?

-Me he dado cuenta de que el tiempo ha pasado volando, hace mucho que no hablábamos.

La anciana se levantó de la mesa dejando las telas en la silla, en silencio se acercó a su nieto y acarició sus hombros apoyando la barbilla en su cabeza.

-No debes estar triste por eso, bobo, así es cómo funciona, el tiempo pasa y la gente crece pero ese no debe ser el motivo del final de una amistad. Hoy pensaba en acercarme a devolverle el vestido que le arreglé a Alma ¿Y si me acompañas? Tal vez es un buen momento para retomar vuestro enlace.

___ no contestó pero el silencio fue suficiente para la abuela quién le dejó solo en el comedor para prepararse.