9.

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El sol iluminaba el patio trasero de la casa de los Moreno mientras ___ colocaba los últimos preparativos para la fiesta de su abuela, no pretendían que fuera nada glamuroso por lo que habían ahorrado en decoraciones. Angela se arreglaba en su cuarto donde Luz y Paola con sus hijas menores en la falda la llenaban de cumplidos. El resto de primos estaban entrando y saliendo del patio a la casa ayudando de manera patosa a ___, "¿Dónde están los vasos?", "¿Dónde pongo las servilletas?", "¿Qué hago con esto?" era todo lo que escuchaba.

Los Madrigal llegaron cuando la comida estaba servida y Angela bajaba por las escaleras. Alma caminó hacía su amiga con los brazos abiertos para besarle la mejilla, detrás de ella entraba Julieta seguida por Agustín, ambos traían comida y saludaban a las tias con alegría, Antonio entró de la mano de Pepa y Félix con Dolores e Isabel pisándole los talones, Luisa y Camilo hablaban y Mirabel cerraba la puerta y se hizo paso entre su familia para abrazar a ___.

Se intercambiaron los saludos y la charla trivial entre los adultos de las dos familias.

- Hola, ___ - Camilo se acercó mientras los demás estaban despistados.

-¡Camilo! ¡Hola!

En aquel tiempo que no se vieron había dado tiempo a fermentar sus emociones y aclarar sus pensamientos pero desconocían que ocurría en la mente del otro por lo que se limitaron a las miradas y sonrisas.

- Esta todo precioso, ___, se nota que has dado tu toque.

- No seas bobo, es todo muy simple - caminaron al exterior y Camilo agarró un puñado de comida cuando nadie miraba para meterselos de una a la boca.

- Puede que esté exagerando solo para halagarte - Bromeó con la boca llena, codeando a su amigo.

El cumpleaños sucedió con la normalidad de una celebración, cantaron y rieron, y comieron hasta reventar. Cuando todos acabaron de comer se agruparon las personas con similitud de edad, Antonio jugaba con las primas pequeñas de ___, los primos más mayores se reunieron con Luisa y Dolores que se negaban a presumir sus dones, las tias hablaban con Pepa, Félix e Isabel hacía brotar flores de sus manos frente a ello, Angela y Alma separaron del ruido para charlar, Maribel recogían la mesa con sus padres y todos miraban de reojo a la puerta que estaba abierta de par en par dejando ver las espaldas de ___ y Camilo quienes tomaban el sol sentados en la entrada, hablaban suave para evitar que les escucharan con el sol en la cara y los hombros rozándose, había algo de dulzura en la manera que ___ trataba de hacer que sus pies se tocaran y en como Camilo trataba de disimular cuando le miraba.

- Te sienta bien. - Señaló la camisa blanca con estampado de líneas gruesas. - ¿Lo ha hecho tu abuela?

-Ah, gracias y no, esta la he hecho yo, mi abuela lleva un tiempo enseñándome.

- ¡Tienes talento! Deberías dedicarte.

- No sé si eso es lo que quiero ¿Seguir los pasos de mi abuela? ¿Quedarme aquí para siempre?

- ¿Tu...te quieres ir?

___ tardó en responder.

- No lo sé ¿Tu?

- Nunca había planteado la idea de irme.

- ¿Siempre vas a estar en el mismo sitio? - ___ buscó la mirada de Camilo quien parecía sorprendido por ese cambio de tema.

- ¿Supongo?

- Bueno, tu tienes cosas que hacer aquí. Vosotros los Madrigal siempre tendréis un sitio en este pueblo.

- Tú también, ___. Si lo quieres tienes un sitio en los Madrigal.

Camilo colocó su mano sobre la de ___ acto que llamó la atención de todos en la casa, especialmente de ___ que no podía separar la vista de la mano de su amigo, era cálida y considerablemente más grande que la suya por lo que abarcaba toda ella sin tener que agarrarla, notaba los ojos marrones sobre su cara y le daba vergüenza levantar la mirada.

- ¿A qué te refieres, Camilo?

- A que no tienes que huir como hizo tu madre, tu tienes donde quedarte.

Dolores hizo una mueca de desaprobación y pronto tanto las tías como los primos le estaban preguntando que había pasada, mucho antes de que pudiera contestar ___ se levantó apartando la mano y comenzó a caminar, luego más rápido y luego a correr.

Camilo recibió una colleja por parte de su madre y tenía suerte de no haber recibido una descarga eléctrica de los nubarrones que se estaban formando alrededor de su cabeza.

- ¿Cómo se te ocurre decir algo así, Camilo?

- ¿Qué? ¿Qué he hecho mal?

- ¿Hablar de su madre? 

- ¿Por qué siempre que avanzas das tres pasos pa' atrás? - Añadió Isabela que no se había movido del sitio. - Vas a necesitar más que tulipanes para solucionar esto. 

La magia de nuestro enlace  ( Camilo Madrigal x Lector)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora