DARK SECRET [Corrigiendo]

|❦︎|MISIÓN: TRAMPILLA

🍃⃤

CAPITULO 8

Megan…

—Todo listo Coronel. —informan.

Avanzo con la Tropa Élite cubriendo mi espalda, caminamos por los pasillos del cuartel donde se retienen a fichas importantes. Lo voy a trasladar a otro lugar para cerciorarme de que nadie tenga contacto con él, ni su hijo, en el cual no quiero pensar.

Anoche sucedió algo rarísimo, por primera vez tuve uno de esos sueños sexuales que no se tienen con cualquiera, ni con Drystan me ha sucedido aquello.
Bueno, el caso es que amanecí con la entrepierna húmeda, pero eso no es lo raro...

Nos gusto y queremos que suceda en realidad.

Sí, eso mismo me gusto y no debería, lo hacía tan bien que hubiera deseado que no despertar. Sus manos eran habilidosas, su boca hacía maravillas.

Dios...

El diablo querrás decir, no deberíamos estar disfrutando de aquello, seguimos casadas y él continúa siendo una mala persona por la que no debemos tener ningún sentimiento, así sea sexual.

Claro, y por eso andas urgida por tú cita con él.

A veces te detesto, somos la misma persona y en lugar de ser mi conciencia, eres mi inconsciente. No es una cita, es una reunión para aclarar asuntos puntuales de nuestra sociedad y sí necesito tenerlo de frente para confirmar o negar mi hipótesis: solo es atracción sexual.

Mejor céntrate, no te vayan a pegar un tiro antes de coger con Emiliano.

—Tomen posiciones. —ordeno, recupero la cordura.

Me encuentro tras el cristal oscuro donde Maximiliano no puede verme, pero yo sí a él. Está sentando vestido tal cual lo capturé, lleva una capucha cubriendo su rostro, le han soltado los pies y las manos tiene esposadas a la mesa donde apoya los codos.

—Voy a entrar, sola. —aviso.

Los nervios me toman con el pulso acelerado y sudor en las manos a medida que cruzo la pequeña división entre ambas salas.

La puerta se desliza a la izquierda para darme paso, me tomo mi tiempo para contener el impulso de la lanzarme a golpearlo hasta cansarme. Doy pasos lentos, pero seguros. No es fácil estar frente al asesino de mi padre, aún recuerdo lo dura que fue la noticia y saber que su ejecutor quedó libre, fue peor.

Mi mundo entero se desmoronó, la niña alegre que solía ser, se convirtió en una mujer vengativa que juró hacer que los responsables paguen sus pecados en la tierra. Por ello estoy en la milicia, era lo más cercano al mafioso que podía estar.

Le quito la capucha y nuestros ojos se encuentran, sonríe con malicia mientras me observa con curiosidad y aburrimiento al mismo tiempo. Yo en cambio no puedo disimular mi rabia y dolor.

Cada día de mi vida me he preparado para este momento que ahora nada sale como lo planee, debía verme victoriosa, no afectada.

—Ritroviamo l’amore. —dice.

Es sorprendente que Emiliano no haya heredado ningún rasgo físico de su padre —aparte de la cabellera—, solo comparten el apellido.

—Desgraciadamente. —respondo.

Me muevo por la habitación evitando mantener contacto visual con él, ya que varios recuerdos llegan a mi cabeza y muchos hubiera también.

—Tienes dos opciones Maximiliano: La primera colaborar por una reducción de pena que no mereces. —explico.