|❦︎|MISIÓN: EL OTRO LADO

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CAPITULO 3

Megan..

No hay nada más relajante que las vacaciones después de una misión, no se descansa del todo porque siempre hay trabajo, pero si disfruto de los pequeños momentos en los que me puedo relajar en la sala de mi casa con comida chatarra, golosinas y sobre todo helado a ver una película de terror, sola.

Mi querido se encuentra encerrado en su despacho trabajando como de costumbre. Con lo sucedido el consejo ha exigido resultados o lo van a remover de su puesto.

No ha descansado desde la mañana, ni siquiera bajo a almorzar y se negó a bajar a cenar. Realmente está concentrado o simplemente no me quiere ver, desde la última misión se ha comportado muy frío conmigo.  Ya no es cariñoso, me es indiferente, me responde grosero hasta me ignora. Creo que se comporta así porque no he desistido del divorcio, de hecho, ayer me reuní con el abogado y me aseguró que no tendría ninguna demora si ambas partes están de acuerdo, pero al no ser así, habría complicaciones.

Estoy tranquila por mi decisión, no es que lo haya pensado mucho, más bien he tenido mis pensamientos en otra persona que me cuesta mencionar, tengo la espinita de la curiosidad cada que recuerdo nuestro encuentro, es extraño, pero deseo se repita.

Suzanne, la mujer que me vio crecer, mi nana, aparece. Cuando me casé ella se ofreció a seguir con las labores del hogar, a pesar de que me negué porque ya es momento de que descanse de tanto estrés que sufrió conmigo.

Los fines de semana se va de vacaciones donde mi madre, sí, las dos tienen tiempo de chicas donde no me incluyen, pero me alegra que se hagan compañía la una a la otra.

—Cariño, he dejado comida en el microondas —me informa.

—Gracias Suzie, pero dudo que baje. —pauso la película.

—Llévale tú. —hago una mueca y ella automáticamente me señala para continuar hablando — Yo no críe una desconsiderada. Te conozco y sé que en el fondo lo adoras a pesar de sus problemas, que eso no opaque tu juicio. Ahora sé racional.

Solo la observo y con eso ella ya sabe mi respuesta, me conoce tan bien que no necesita palabras.

—Mueve ese trasero señorita y deja de comer basura que después te enfermas —hago un puchero —Sube a cenar con tú esposo, no te pido que olvides todo, pero sí que trates de hacer una reconciliación para hacer más amena la convivencia.

—Lo que digas.

—¿Prométeme?

—Tienes mi palabra —digo.

Se acerca para depositar un beso en mi frente antes de marcharse sin esperar alguna respuesta.

Lo pienso un momento, observo las fotos de nosotros en nuestros tantos viajes y algo golpea mi corazón dándole la razón a mi nana. Drystan y yo no somos almas gemelas, quizá ese es el motivo por el que estamos juntos. Aprendíamos el uno del otro constantemente, éramos un complemento el uno para el otro, aportaba tanto a mi vida y lo amaba, realmente lo hacía que ahora me resulta un desconocido.

Cada día descubro algo malo de él o mejor dicho actitudes que no me gustan, es como sí... En el fondo estará conociendo al verdadero Drystan. Ya no hay ni respeto, todo termina en gritos y peleas, eso ya no es sano, pero haré caso a las palabras de mi nana. Espero no equivocarme.

Me pongo de pie para ir a la cocina a recalentar la cena, mientras tanto busco en las gavetas una bandeja para poner los platos y los vasos de jugo de naranja. De repente, me entran unos terribles nervios, es la primera vez en meses que me voy a sentar a cenar a solas con él. Normalmente lo hago sola o en la central con mis amigas.

DARK SECRET [Corrigiendo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora