Capítulo 22

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No le hicieron esperar. En ese momento era el número uno de aquel hombre. Flynt babeaba en ese momento por el talento de Jeon Jungkook, por lo que en cuanto llegó, le sirvieron lo que quiso y se sentó en aquella cómoda butaca. Jungkook estaba nervioso, demasiado. Observaba aquel despacho lujoso de Los Ángeles, con las paredes decoradas con portadas de periódicos y revistas, fotografías de otros atletas y premios. Flynt le hablaba sobre un millón de cosas, contratos publicitarios, otras decenas de ofertas de otros equipos que Flynt esperaba inflar todo lo que podía, anuncios televisivos, merchandising con su nombre y su número... Y Jungkook a pesar de sentir un nudo en la garganta y vértigo en el estómago, le interrumpió.

—No puedo seguir con la farsa de mi relación con Suji.

—¿Qué? —inquirió Flynt indignado—. Pero si acabáis de empezar. ¿Sabes cuantas portadas y cuantas ofertas has generado con un simple beso?

—Me da igual. Quiero que lo acabes —le exigió, queriendo terminar con aquel asunto cuanto antes.

Flynt se quedó en silencio un par de segundos, debía tener paciencia, Jeon Jungkook estaba resultando una fruta demasiado jugosa.

—Muy bien, esperemos un mes más y anunciaremos vuestra ruptura —le concedió.

Jungkook negó con la cabeza.

—No me estás entendiendo, quiero que lo acabes ahora.

Flynt frunció los labios aguantando las ganas de gritar a ese niñato.

—¿Y se puede saber por qué? —preguntó apretando los dientes y sonando todo lo comprensivo que podía.

El suspiro de Jungkook hizo que Flynt alzara su ceja en un gesto curioso.

—Tengo... una relación con otra persona... Y no puedo seguir haciéndole esto.

—Oh —dijo Flynt en un primer momento—. ¿Se trata de otra celebridad? Porque si te has encariñado con una putita de Hollywood podemos sacar partido de ello.

—Olvídate de la publicidad —le pidió Jungkook comenzando a cansarse de su vena de tiburón de negocios—. Se trata de mi vida privada y quiero dejar toda mi vida amorosa a un lado. Solo quiero que mi contrato se centre en mí y en mi carrera futbolística.

Flynt dejó salir una pequeña risa por la inocencia de Jeon Jungkook.

—Sabes que eso no podrá ser, ¿verdad?

Jungkook no contestó, claro que lo sabía, pero si no lo intentaba, perdería ambas cosas.

—¿Qué es? ¿La típica chica anónima que no quiere saber nada de las cámaras? —quiso saber Flynt buscando alternativas—. Al público también le gustan ese tipo de relaciones...

Jungkook resopló frustrado.

—Te aseguro que no querrás hacer de mi relación un espectáculo.

La expresión de Flynt se tornó confusa.

—¿Qué quieres decir?

Había pensado en las muchas posibilidades que le supondría decir aquello. Se trataba de una prueba que se estaba poniendo a sí mismo. Estaba tan desesperado que solo encontró una salida, que no le gustaba, pero ya no había ningún camino bonito.

—Estoy enamorado de Min Yoongi —dijo al fin, como si se lo estuviera reconociendo a sí mismo, como si estuviera confesándose a sí mismo una verdad de la que no podía escapar más.

Flynt se quedó mudo de repente. Su boca se había desencajado y sus ojos estaban algo más abiertos de lo normal. De pronto abrió un cajón, y de él sacó un taco de revistas. Miró la portada de tres, y al llegar a la cuarta la abrió. Pasó un par de páginas y entonces giró la revista y señaló una fotografía.

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