Capítulo 23

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Contaba el dinero que había ganado con una sonrisa de oreja a oreja. Les dio unos cuantos billetes a sus amigos para que pudieran dárselos a las chicas del club. Entraron al interior y enseguida una ola de calor, música y locura les envolvió. Jinyoung, especializado en los clubs de la noche, se acercó a un tipo, y con disimulo le pasó un billete de cien dólares. Les llevó hasta un reservado. Jimin comenzó a agradecérselo al europeo. Jungkook le lanzó una mirada de repugnancia, aquello podía haberlo hecho cualquier con un billete de cien pavos. No tardaron en venir a ellos cuatro mujeres ligeras de ropa y otras dos bien vestidas con botellas y copas. Las dejaron sobre la mesa y guiñaron un ojo a Jinyoung al marcharse. Este las ignoró y comenzó a servir copas. Jungkook veía a Yoongi de pie desabrochándose un par de botones de la camisa. Podía notar que estaba algo borracho, pero no lo sufciente. Jungkook también se puso en pie y fue hasta su lado.

—Si te quitas un solo botón más voy a tener que llevarte a otro lugar —le susurró al oído.

Yoongi se giró y le dedicó una pícara sonrisa antes de acercarse a su oído.

—Sigo enfadado, Jungkook —le dijo Yoongi borrando la sonrisa de su cara—. Estoy borracho, no senil.

El ceño de Jungkook se frunció descontento con su respuesta. Yoongi señaló con la cabeza a una de las chicas que ya comenzaba a bailar sobre Jiyoon.

—¿Por qué no finges un rato ser hetero con esas chicas? Se te da muy bien —dijo con ironía en la voz.

—Podría hacerlo, pero no quiero —respondió Jungkook.

Yoongi se encogió de hombros.

—Tú mismo —se limitó a decir antes de darle la espalda y miró a su amigo Chanyeol—. ¡Eh Chanyeol! —dijo rodeándole con un brazo los hombros—. ¿Jugamos a ser heteros por un día?

Chanyeol que también había bebido lo suficiente, al estar cerca de Yoongi sintió el calor en su piel.

—No sé si podré —respondió sin aliento hipnotizado por el cuello de Yoongi.

Jungkook, cerca de ellos, miró la escena con desagrado.

—Deja de mirarme el cuello como un vampiro e imagina que te van las curvas y los tangas —soltó Yoongi sin poder evitar darse cuenta. Chanyeol soltó una risa.

—Los tangas me gustan si los llevas tú —dijo entonces con voz insinuante.

Jungkook dio un paso al frente y miró con cara de pocos amigos a Chanyeol.

—Ya vale, Chanyeol —le dijo con voz severa.

El pálido entrecerró los ojos mirando a Jungkook con recelo. Apretó a Chanyeol más contra él.

—Oye, si quiere tontear conmigo que lo haga, tú ya no eres nadie para pararle los pies —le soltó Yoongi a Jungkook.

La paciencia de éste se comenzó a tambalear. Apretó los dientes con rabia y bufó con desagrado.

—¿Y quién dice que esté celoso por ti y no por él?

—Oh, ¿ahora quieres follarte a Chanyeol? —inquirió Yoongi.

—¿Por qué no? —repuso Jungkook—. Tú te tiraste al capullo de Jinyoung.

—Mejor no lo hagas, no vaya a ser que alguien descubra que lo que te van son las pollas —dijo casi sin dirigir la mirada a Jungkook, fingiendo que todo aquello le traía sin cuidado—. Además, estoy seguro de que Chanyeol me prefiere a mí, al menos no me avergüenzo de lo que soy.

Chanyeol miró a uno y luego a otro, como si de un partido de tenis se tratara.

—Chanyeol, por favor, dile a este idiota quien te gusta de los dos —le pidió Jungkook, estando muy seguro de que él sería su elección.

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