¿El 1%?

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   Lucy no lo escucha y corre como si su vida dependiera de ello, en su mente no dejaba de darle vueltas a esas palabras, su mayor deseo durante mucho tiempo se desmorono con 3 palabras.

   «Lo que más temía se hizo realidad —piensa Lucy con mucha tristeza—. ¿Por qué fui tan estúpida? Me hubiese quedado callada, me hubiera quedado con esos sentimientos»

   Sus piernas comenzaban a perder fuerza, ella siente como sus fuerzas se van poco a poco y su cuerpo se desploma de manera brusca en el suelo, en un mar de lágrimas. Luego de un minuto se puede oír pasos acercándose con un sonido parecido al de un animal con pesuñas de manera lenta y fuerte, Lucy levanta un poco la mirada dirigiéndola al suelo en dirección al sonido.

   —¿Qu- qué es eso? —se interroga Lucy horrorizada con su cuerpo paralizado, en sus ojos se le reflejaba el horror al ver esa criatura antropomorfa deforme mitad cabra mitad hombre de piel pálida con una abertura oscura que se hacía escuchar los gritos de tormento, con un rostro cadavérico carente de nariz, palpados y labios, caminaba encorvado expulsando vapor por su boca como si las temperaturas de la fría noche eran demasiadas para el, algo que no es sorprendente por el hecho de que esta criatura venía de un lugar donde el fuego rodeaba y abrazaba a las almas perdidas.

   La criatura siguió su camino como si esta no existiera, Lucy no podía creer lo que estaba viendo, lo que estaba pasando; era Max frente a la criatura sin inmutarse ni un poco y con la misma mirada fría de siempre.

   —¿Entonces tu eres Yahveh? —interroga la criatura poco sorprendida—. Mm para ser el dios de todo no veo gran poder proveniente de ti.

   —Solo me queda el 1% de mi divino poder —le responde Max mirándolo directamente con tal indiferencia que lo hacía parecer como si fuera el pan de cada día.

   —Ja, ja, ja —la criatura se ríe a carcajadas mientras que Max mete sus manos en los bolsillos del pantalón. Entonces esto será muy fácil.

   —Para poder matarme tendrás que buscar 100 más como tu —dice Max con arrogancia.

   —¡¿Cómo te atreves a llamarme débil?! — dice la criatura ofendida—. Soy Golosus el devorador de almas...

   —Si ya se quién eres, —le interrumpe Max—. Vienes del tercer círculo del infierno; de la gula. Desarrollaste una ampliación del poder que puedes llegar a soportar, por eso pudiste absorber tantas almas, muchas más que las de un demonio común y tú eres un demonio común, eres el demonio que necesita almas para ser fuerte, que triste y patético, sin las almas no eres nada.

   Golosus enfurecido agarra a Max por el cuello y con todas sus fuerzas destroza el suelo con el cuerpo de Max una y otra vez.

   —¡No te burles de mí! —dice Golosus repetidamente mientras que convierte a Max en una bola de sangre y huesos rotos.

   —¡Max! —exclama Lucy con un grito largo de la única palabra que le dejo salir el estado de shock causado por tal escena donde la sangre era la protagonista.

   Golosus quedo satisfecho al ver el estado sangriento de Max, fue asi hasta el momento que volteo y vio a Lucy.

   —Mm nada mejor que la mirada del espectador al ver como asesino de manera artística —dice Golosus con una sonrisa macabra mientras que se acerca a Lucy arrastrando el cuerpo de Max sosteniéndolo por su cabeza dejando un rastro de sangre en el suelo.
   «Levántate, levántate, levántate, Lucy tienes que levantarte —pensó Lucy paralizada del miedo—. No puedo moverme, no puedo ni siquiera mover un dedo, voy a morir aquí»
Luego de varios pasos pesados, Golosus se detiene a un paso de Lucy y le muestra el cuerpo sangriento de Max, Lucy observa aterrorizada como sus huesos rotos se hacen ver a través de las heridas, sus miembros sostenidos por la carne desgarrada y su tórax abierto por la mitad mostrando como sus intestinos cuelgan.

Selección AntinaturalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora