Bestia

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   Sus ojos se abren acabando así el ciclo de sueño que tenia Yuri en ese momento, observa la hora desde su celular dándole a saber que ya habían pasado dos horas.

   —Ah —dice Yuri con serenidad—. Parece que me quede dormido, aunque todo se siente extraño y me parece familiar.

   Se levanta de la banca y se da media vuelta para descubrir que yace sentado su cadaver en la banca, con su cabeza inclinada hacia atrás, con su boca abierta, sus ojos cerrados y con un charco de sangre bajo la banca.

   —Ah no, al parecer volví a morir, valla que el cuerpo humano si puede llegar ser débil a veces.

   Del cielo se oye un aleteo llamando la atención de Yuri, al mirar se da cuenta que es aquel mismo ángel que le había hablado antes, tardo pocos segundos para llegar al suelo impactándolo con fuerza, con tanta que estremeció el suelo, miro de manera furiosa a Yuri y se acercó rápidamente tomándolo del cuello de manera agresiva.

   —¡Ley de los mandamientos! —exclama el ángel gravemente—. ¡No matarás!

   —No —dice Yuri mientras trataba de quitarse las manos del ángel de encima—. Puedo... Hablar.

   El ángel lanza a Yuri varios metros al aire hacia el lago cayendo de lleno en las frías y oscuras aguas, pocos segundos después el ángel entra al agua tomándolo de su pierna derecha, lo saca del agua propulsándose con sus alas y lanzándolo con mucha fuerza hacia el suelo de nuevo haciendo que se arrastre varios metros y haciéndolo comer polvo.

   —Al parecer el dolor si viene del alma —dice Yuri de manera sarcástica—. Pero al menos es bastante resistente.

   —¿Por qué ese camino? —pregunta el ángel con frustración—. ¿Por qué la venganza? ¿Por que arremetiste con sus vidas con violencia?

   —Es irónico y parece un chiste que tú me digas eso luego de lo que acabas de hacerme.

   —Era justo y necesario disciplinarte.

   —¡¿Y acaso no era justo y necesario acabar con esas escorias?! —exclama Yuri—. Mataron a mi mejor amigo.

   —Pero la venganza no es el camino hermano.

   —Solo oigo excusas, recuerdo oír una vez la historia de un ángel o dos angeles que acabaron con mil soldados en una noche ¿o eran cuatro mil? No lo recuerdo pero el punto es que ustedes también matan ¿quien viene a lanzarlos a un lago y al suelo como si fueran muñecos de felpa a ustedes? Pues nadie, ustedes y nosotros somos iguales.

   —No lo entiendes, nuestro padre fue quien nos envió y no podíamos decir que no.

   —¿Y por qué no? ¿No se supone que él es todo un amor?

   —En aquellos tiempos él estaba pasando por una faceta, es complicado, Yuri tienes que darte cuenta que esto estuvo mal.

   —¡Ya se que estuvo mal! Pero eran ellos o yo, vinieron a matarme, ya habían acabado con Sebastián y de seguro que ya llevan una lista de muertos.

   —Pero la diferencia entre ellos y tú es que ellos mueren, tú vuelves a la vida.

   —No me importa...

   —Por favor Yuri perdóname —se oye una voz conocida a espaldas de Yuri.

   Yuri siente un fuerte escalofrío por todo su cuerpo a esas palabras, el no se quería voltear, no podía creer nada pero se vio forzado a girar lentamente su cabeza para descubrir a nadie menos que su victima llamado Winder, acompañado de una criatura alargada con el contraste de una sombra, sus ojos eran huecos, muy oscuros y profundos, más oscuros que su silueta y en su cara no se podía ver la nariz ni la boca, como si no tuviera más nada que solo esos ojos que mostraban aquella carencia de alma propia.

Selección AntinaturalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora