Al siguiente día Yuri se levanta con mucha motivación y esperanzas pero con muy pocas reservas de energía.
—¡Sebastián despierta! —exclama Yuri al tiempo de que lo agita—Mierda no despierta, seguro que está muy cansado.
Yuri toma a Sebastián, lo carga en sus hombros y sigue el camino en dirección del martillo de Sebastián que al cual lo deja tirado en la arena. Luego de unas cuantas horas específicamente a las 12:30 entre el sol abrazador Yuri comienza a presentar grandes problemas físicos; su cuerpo estaba al límite.
—Yuri —dice Sebastián al tiempo de que recupera la conciencia.
—Sebastián —replica Yuri mientras jadea de cansancio—. Estamos cerca amigo mío, no falta mucho para llegar a nuestro hogar y tomarnos unas buenas malteadas.
—Que bien amigo, te escuchas muy cansado deberías parar y descansar.
—Si paró ahora —responde con serenidad—. No podré caminar más, ademas tú estás más cansado que yo.
Sebastián pierde la conciencia de nuevo.
—¿Sebastián? Otra vez, cada vez se va más rápido, si no me apresuro él acabará muriendo.
Yuri en un esfuerzo para salvar a su amigo apresura los pasos, 15 minutos después su visión comenzó a nublarse ya excedió los límites del cuerpo humano, 30 minutos después las alucinaciones comienzan a presentarse y no de buena manera; observaba a su alrededor criaturas dos veces su tamaño, perros furiosos con cadenas alrededor de sus cuellos y que llegaban a las manos de una sombra que mide 6 metros de altura, una flota de barcos de la Segunda Guerra Mundial la pasaron por su lado utilizando la arena como si fuera el mar con sus tripulantes riendo diciéndole burlas a gritos, un túnel donde sus paredes eran adornados con humanos que gritaban de agonía, voces que le susurraban al oído. A este punto la voluntad de Yuri se estaba quebrantando comenzó a experimentar emociones muy fuertes sus pasos eran cada vez más lentos, su cuerpo comenzaba a temblar, perdió el equilibrio y dejó caer a Sebastián mientras que el mundo se le hacía oscuro momentáneamente sus lágrimas salieron sin previo aviso y por último su cuerpo cayó en la arena y sintió un gran escalofrío por todo el cuerpo y se dio cuenta con la poca conciencia que le quedaba que estaba convulsionando.
«¿Este será mi final? —se dijo—. Perdón mamá, perdón Sebastián después de todo soy un humano como cualquiera, tengo las debilidades que cualquiera, vivo como cualquiera y puedo morir como cualquiera, fui un idiota al creerme alguien invencible»
Su corazón se detenía poco a poco al igual que las convulsiones, sus pulmones perdían fuerza, su cuerpo se dejó de mover, su corazón dejó de latir, sus pulmones dieron su último suspiro, las pupilas se dilataron dejando su mundo oscuro y su conciencia se esfumó marcando así el fin de el gran Yuri.
Se levanta del suelo y observa su alrededor.
«Entonces esto es estar muerto —se dijo—. No se siente el calor del desierto, ni el viento y tampoco la arena que estoy pisando, esto me hace entender que ya no pertenezco a este mundo»
Yuri observa el cuerpo de Sebastián que yace descansando sobre la arena y observa su propio cadaver.
«Ni siquiera me dio tiempo —se dijo—. De cerrar los ojos antes de morir, que patético me veo, bueno me iré a despedir de Sebastián, de Nina y de mi madre»
El se acerca a Sebastián y se despide con dos palmadas sobre su hombro, se da media vuelta y sigue el camino hasta su casa. Luego de horas caminando llego a su localidad cuando el sol se ocultó y la luna estaba empezando a mostrarse y lo primero que hizo fue a visitar a Nina, atravesando puertas y paredes se adentró en la casa de su mejor amiga y lo que encontró fue a una Nina apagada acostada en su cama que sollozaba.
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Selección Antinatural
FantasyMe llamo Yuri, un ser humano imperfecto como cualquiera con un pasado lleno de decepciones y traiciones hacia mi persona, caí en la total oscuridad pero logré salir de allí gracias a una cara disfrazada de sarcasmo que oculta un odio hacia la injust...